Opinión

Entre todos lo mataron y él solito se murió

Fotografía: Ekai en La Sexta donde fue entrevistado.

El pasado 15 de febrero el colectivo LGTBI nos despertábamos con la terrible noticia del suicidio de Ekai, un joven transexual de 16 años en Ondarroa (Bizkaia). Rápidamente la prensa se hacía eco de la misma y las redes se inundaban con el nombre de Ekai en un alarde de cercanía, aunque en realidad, muy pocos sabían las razones que llevaron a un joven de 16 años a quitarse la vida

Es curioso ver como la palabra suicidio llama la atención de todos y, sin embrago, las acciones que llevan al mismo pasan desapercibidas. Igual de llamativo es ver cómo toda la sociedad llora la muerte de Ekai, la misma sociedad que no hizo nada para evitarlo. Porque él se quitó la vida, sí, pero las innumerables batallas que tuvo que librar a su corta edad, acabaron con sus ganas de vivir.

Luchó por lograr el cambio de nombre en el registro y no tener que explicar una y otra vez por qué en su documentación aparece otro nombre que no es el suyo. No lo consiguió. Luchó por recibir el tratamiento hormonal que necesitaba. Nunca llegó. Lucho por conseguir que en su instituto se impartiese formación para que la comunidad escolar pudiese comprender su realidad y así respetarla. Nunca se hizo. Ekai era un luchador, de eso no queda la menor duda, pero fueron muchas batallas, demasiadas para un adolescente, y todas perdidas. Así que finalmente, no pudo más y se dio por vencido. Él se quitó la vida, sí. Pero lo mataron entre todos.

Lo mató una sociedad pasiva que no protege a los jóvenes especialmente vulnerables, como son los jóvenes trans. Lo mató una sociedad que niega la diversidad y obstaculiza el reconocimiento de la identidad y la expresión de género»

Lo mató una sociedad pasiva que no protege a los jóvenes especialmente vulnerables, como son los jóvenes trans. Lo mató una sociedad que niega la diversidad y obstaculiza el reconocimiento de la identidad y la expresión de género. Lo mató un gobierno que debe garantizar la igualdad de trato y la no discriminación de cualquier persona, con especial atención hacia los jóvenes y que ha tenido la oportunidad de hacerlo aprobando la Ley de Igualdad LGTBI, pero que se niega y presenta una enmienda a la totalidad de la Ley que excluye asuntos clave como la despatologización de la transexualidad. Lo mataron las diferentes instituciones y administraciones que someten a la población trans a pasar por procesos patologizantes e inhumanos, difíciles de sobrellevar, más aún para un joven de 16 años. En definitiva, lo mataron entre todos.

Y para terminar, me dirijo a ti Ekai. Para decirte que tu lucha no ha sido en vano, que hay quienes vamos a continuarla, que cogemos el relevo de tus batallas y que vamos a seguir luchando por ti, por todos aquellos que puedan estar en tu situación, por los que puedan venir en un futuro. Para que nunca más, alguien vuelva a pasar por todo lo que tú pasaste y se garantice la igualdad de trato y la no discriminación. Para que todos tengamos el derecho a ser lo que sentimos. Pero sobre todo, lucharemos por tu memoria Ekai, porque ya nadie puede devolverte la vida. Descansa en paz, detrás del Arcoíris.

Susana Domínguez Jiménez

En Twitter@Su8Dominguez  Presidenta de JereLesGay.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *