«Los antitaurinos tienen la doble moral de, a lo mejor, maltratar a su mujer o comer carne»
La torera, Sandra Moscoso (Jerez 1985), niega que haya discriminación en el mundo de los toros, invita a las personas que quieren acabar con la fiesta a conocer lo que hay detrás de una ganadería y considera que se está cayendo en el error de humanizar a los animales.
Con 16 años decidió ingresar en la Escuela de Tauromaquia de Jerez. Su padre firmó la autorización sin darle mayor relevancia, pensaba que le daría miedo. En 2002, la jerezana, Sandra Moscoso (1985), decidió que sería matador de toros. En 2010 tomó la alternativa en Ubrique, desde entonces forma parte de una profesión prácticamente reservada a hombres, un mundo en el que las mujeres aún se cuentan con los dedos de las dos manos.
Ahora ella colabora en la Escuela en la que se curtió. “Como a todos los de su edad” le gusta viajar, practicar todo tipo de deportes, el cine y la música. Quién sabe si algún día formará una familia, pues no cede a las presiones sociales, dice que vive su vida no la que quieren los demás. La torera se muestra prudente mientras habla con OtroPeriodismo, aunque desborda ímpetu cuando se habla del maltrato animal y pide respeto a su profesión.
OtroPeriodismo.- Es la décima torera.
Sandra Moscoso.- La décima mujer matador de toros, sí.
OP.- ¿Torero o torera?
SM.- Torero.
OP.- ¿Por qué?
SM.- Quizá porque, por mucho que se hable de igualdad, la sociedad usa el término ‘torera’ de forma peyorativa, entonces no me gusta.
OP.- ¿Peyorativa? Le acabo de definir como la décima torera.
SM.- Pero hablo de la sociedad cuando dice: “Ay, qué graciosa la chiquilla, torera”, como si fuese un bicho raro. La sociedad quiere la igualdad por una parte pero, por otra, no termina de aceptarla.
La mujer es mucho más machista que el hombre, aunque no está bien que yo lo diga. Debemos ser las primeras en darnos a respetar, dejar claro que si valemos es por nuestro trabajo»
OP.- Según usted, ¿a qué cree que se debe que la igualdad no termine de ser aceptada?
SM.- Puede que nosotras mismas, las mujeres en general, no sepamos ponernos en nuestro sitio. La mujer es mucho más machista que el hombre, no está bien que yo lo diga. Debemos ser las primeras en darnos a respetar, dejar claro que si valemos es por nuestro trabajo, y sin imponer nada, que lo consigamos por méritos propios, independientemente de que seas hombre o mujer porque ante todo somos personas.
OP.- ¿Está a favor de la igualdad?
SM.- Estoy a favor de la gente que valga y consiga las cosas por méritos propios en todo. Por ejemplo: si hay mujeres que intentan ser matador de toros, igual que lo intentan los hombres, ¿por qué va a tener que haber más mujeres matador de toros si las que lo han intentado valen menos que ellos? Hay que apoyar a la gente que vale, que lucha y que trabaja. Sí, estoy a favor de la igualdad, pero aquí hay que trabajar.
OP.- ¿Qué piensa Sandra Moscoso sobre la Ley de Violencia de Género?
SM.- La ley tendría que ser más radical, no poner una orden de alejamiento, sino llevarles directamente a la cárcel. También digo que hay hombres víctimas de violencia de género y no se cuenta y debería haber alguna defensa para el maltrato psicológico que sufren.
OP.- Retomando lo anterior, ¿siente presión al ser la décima mujer matador de toros?
SM.- Bueno, soy la décima y la primera que ha tomado la alternativa en Andalucía. Mari Paz Vega también es andaluza. También soy la primera jerezana. Para mí es algo bonito, todo el mundo no lo puede decir, pero tampoco es algo que te abra puertas. A título personal es gratificante, nada más.
OP.- ¿Qué es el toreo?
SM.- Una forma de vida, quizá sea una de las profesiones más duras y más bonitas, te enseña valores como el respeto, el trabajo, el esfuerzo, el luchar por conseguir un objetivo, valores que hoy día se están perdiendo. Es dura porque te estás jugando la vida.
OP.- Con ocho años le cogió la primera vaca y superó el miedo. Es igual en todas las facetas de su vida? ¿A qué le teme?
SM.- Sinceramente, no me lo he planteado. Vivo el día a día, metas cortas. Uno de mis objetivos cuando empezaba era llegar a ser alguien en el mundo del toro, ser mejor novillero. Después de conseguir despuntar mi objetivo fue ser novillero con picadores y luego tomar la alternativa. Desde entonces intento crecer interiormente, aprender cada día más… y, ¿miedo? No sé, al bienestar de mi familia, a que los míos no estén bien… no sé, no sabría decirte ahora mismo me has cogido fuera de juego… ¿A la muerte? Pero la muerte forma parte de la vida, por lo tanto, ni le tengo miedo ni dejo de tenérselo.
OP.- Si te pones delante de un toro puede que llegue antes.
SM.- Hombre, está claro, todo el que se juega la vida corre más riesgo. A ningún torero le gustaría morir en una plaza. Realmente quieren morir de viejos en una finca rodeados de los suyos. Por mucho que seamos conscientes de que puede ocurrir a veces no lo pensamos. Si lo pensáramos, nunca saldríamos a la plaza.
OP.- ¿Ha recibido algún comentario despectivo?
SM.- Siempre escuchas cosas pero es lo que te hace crecer, ser más duro, siempre intento aprender… Los comentarios negativos valen para aprender e intentar ser mejor.
OP.- ¿Se da cuenta de que habla siempre en masculino?
SM.- La costumbre… Sinceramente, lo que dijo la ministra Bibiana Aído, ‘miembros’ y ‘miembras’, lo veo absurdo.
OP.- ¿A quién considera el mejor torero en activo?
SM.- Admiro a muchos e intento beber de todos, uno un poquito de cada uno. Quiero dejar claro que respeto desde al mayoral que trabaja en el campo, al vaquero y al mozo de espadas, hasta a la primera figura del toreo y a los chavales, de todos ellos aprendo siempre algo. Para mí, sin dudarlo, por su capacidad, porque manda… es José Tomás, por ser el dueño íntegro de su carrera, es diferente: torea cuando quiere, con quién quiere, gana lo que quiere. Eso es ser figura del toreo, él manda, él decide.
OP.- Desde fuera el mundo de los toros puede parecer algo clasista, ¿lo es? ¿qué se necesita para que te tengan en cuenta?
SM.- Actualmente se vive una situación en la que yo toreo, quiero que me paguen mis gastos mínimos por ley y ves que otros compañeros pagan por torear, eso es duro. Por otro lado, el mundo del toro, como decía mi compañero, Víctor Barrios, —Dios lo tenga en su gloria— la tauromaquia no hay que defenderla, hay que enseñarla. Hoy día uno de los problemas principales es que el antitaurino habla desde el punto de vista del desconocimiento.
OP.- Sobre los antitaurinos le preguntaré más adelante. ¿Es muy hermético ese mundo?
SM.- Es un poco cerrado, quizás. Poco a poco los toreros intentamos que la gente se acerque más a nosotros, ser un poco más sociables. Antes nadie le podía tocar, nadie se podía acercar… Hoy sí, se hacen fotos, dan clases de salón.
OP.- En ocasioones anteriores ha afirmado que desde su comienzo en los toros no le han tratado de forma diferente por ser mujer, ni mejor, ni peor. Sucede en todos los campos profesionales, es raro que no le hayan tratado diferente alguna vez, para bien o para mal en un «terreno» de hombres, además tan tradicional, ¿no?
SM.- Quizá el único trato diferente ha sido que a mí me exigían el doble, eso es lo que me ha hecho ser mejor. Sabía que para llegar a conseguir lo mismo que un hombre, a una mujer le iban a exigir el doble. Como yo lo tenía claro, si había que entrenar dos horas, yo entrenaba cuatro y lo veía normal.
OP.- ¿No era un poco frustrante?
SM.- No, entiendo a quien le cuesta más conseguir las cosas. Hay a quien le exigen más porque vale; a quien no vale, no le exigen.
OP.- Cristina Sánchez abandonó los toros y no se cortó a la hora de aclarar que la falta de compañerismo y el machismo por parte de sus compañeros fue la causa. ¿Le apena?
SM.- ¿Que si me apena? Bueno, cada uno cuenta la historia como le ha ido. Conozco a Cristina, hemos toreado juntas… No sé que decirte. No puedo hablar de un compañero. Eso es lo que ella dijo, pues muy bien, yo lo respeto. ¿Me apena? Bueno, es que eso pasa con todo. No es que no haya compañerismo, sino que cada torero mira por sus propios intereses. Se parte de la base de que tú tienes que destacar y mirar por lo tuyo. Si no te interesa alguien en el cartel y tienes suficiente fuerza, vas a decir que con ese no, independientemente de que sea hombre o mujer. Eso sucede, no por ser mujer; estamos muy equivocados. Si llevas gente a la plaza, toreas con todo el mundo; si no llevas a nadie, no toreas.
OP.- ¿Le desaniman ese tipo de noticias?
SM.- No porque cada persona es un mundo. Lo que a ti te pase, no me tiene que pasar a mí.
OP.- Desde luego la competencia es brutal en el toreo. Paco Camino y José Tomás devolvieron conjuntamente sus Medallas de Bellas Artes porque no quiso el mismo premio que Francisco Rivera. ¿Qué le pareció ese gesto?
SM.- La medalla se la dan quizás a una carrera, a una trayectoria, a una familia… Fue una decisión personal, cada uno tiene su punto de vista. Si la devolvió, sus motivos tendrá. A lo mejor el problema que hay detrás es otro, por eso no creo que deba opinar.
OP.- Reivindica más recursos para los toros pero, ¿no cree que la fiesta ha quedado un poco estancada, que resulta anacrónica?
SM.- Es cierto que a día de hoy el toreo no ha evolucionado nada. Si vas a un teatro, pagas una entrada, entras con ropa limpia, te sientas en una butaca y ves un espectáculo con aire acondicionado. En el toreo, no: pagas tu entrada, pasas calor, estás incómodo y sales sudando y lleno de polvo. Hay quien se va a lo cómodo o se queda en casa, por eso hay quien tiene otras aficiones antes que los toros. Ahora sí estamos teniendo novedades en los carteles. Se debería abrir más el abanico, las figuras que lo acaparan todo deberían dejar entrar a los jóvenes.
OP.- ¿Tiene amigos fuera de los toros? ¿Sale de ese mundo de vez en cuando?
SM.- Sí tengo amigos fuera y creo que es importante salir de ese mundo. Es verdad que el toreo es una forma de vida, pero tienes que conocer a gente, culturizarte, intercambiar opiniones, saber cómo lo ven ellos desde fuera, conocer a más personas con las que compartir otras aficiones que no sea el toro.
OP.- Recientemente, Fran Rivera se preguntaba públicamente si “para ser antitaurino hay que dejar de ducharse”. ¿Qué le parecieron esas declaraciones?
SM.- Para opinar de algo hay que conocerlo. La tauromaquia no hay que defenderla hay que enseñarla. Cada uno, independientemente de cómo vista, tiene unos gustos y unos colores y no habría que hacer distinción, ni discriminación. Puedes decirme que no te gustan las lentejas, pero pruébalas. Conócelo y luego ya decides.
OP.- ¿Para usted que es y que no es maltrato animal? ¿Qué conductas censura?
SM.- Vamos a ver, para mí es abandonarlos, no darles agua, comida, pegarles un chorro de palos [Sic.], pero partiendo de la base de que a los animales no se les puede humanizar. Estamos cometiendo un error: queremos tener al perro mejor que a un ser humano y dejar en la calle a gente que se está muriendo de hambre, sin unos niveles básicos de atención médica o como están los niños de África. Hoy día se maltrata más a las personas que a los animales. Un perro se tiene que sentir perro, no puede estar metido en un piso. Esos tienen más traumas y enfermedades que los que están en el campo, cuidados pero libres. El toro bravo se cría para lidiarse en la plaza. Hay un ecosistema que se mantiene gracias al toro bravo que si no existiera se extinguiría, y éste estaría en un zoológico. ¿Quiénes están más en contra del maltrato animal? Los antitaurinos son los que quieren acabar con la especie y que se acaben los toros. ¿Qué ganadero va a mantener una finca y se va a gastar el dinero en criarlos si no le deja ningún beneficio? ¿Ellos lo van a hacer? Quieren extinguirlos, les da igual. Y después, los antitaurinos tienen la doble moral de, a lo mejor, maltratar a su mujer o comer carne. ¿Han ido a los mataderos? Los pollos viven un mes. El toro bravo tiene la posibilidad de vivir 4 ó 5 años o toda la vida en una finca en libertad.
Bueno, a veces te cabrea ver tanto tiempo matando al animal, pero es una suerte y es así»
OP.- Hay quien sufre viendo la agonía del animal, algunas muy largas. ¿Le pasa a usted como espectadora?
SM.- Bueno a veces te cabrea ver tanto tiempo matando al animal, pero es una suerte y es así.
OP.- ¿Está a favor de festejos como el toro embolao?
SM.- Es una tradición y yo la respeto. No estoy ni a favor ni en contra, la respeto. Es lo único que pido para mi profesión, si no te gusta, al menos, respétala.
OP.- ¿Eso es lo que le diría a un antitaurino?
SM.- Primero lo llevaría a conocer una ganadería, todo lo que hay detrás del toro y que después opinara.
OP.- ¿Qué piensa sobre la gente que se mofa de la muerte de un torero en los ruedos?
SM.- Una persona que se alegra de la muerte de un ser humano no es persona.
Fotografía: Sandra Moscoso, torera jerezana./ Eva Morales
Periodista.
La doble moral de a lo mejor maltratar a sus mujers?,lo dices sin decirlo.
Cada vez que un torero paleto abre la boca me parto. Un toro vive en una ganadería de 4 a 5 años para luego sacrificarlo cuando pueden vivir 20 años y yo poca carne como de todas formas no es lo mismo criar para carne que para el disfrute y el sadismo de una jornada taurina.
Existen pocos estudios sobre la psicología de los taurinos pero encontré uno que me pareció interesante.
https://librodelassombras.wordpress.com/2012/04/16/psicologia-de-la-aficion-taurina-sadicos-narcisistas-con-completo-de-inferioridad-y-tendencias-homosexuales/
Siempre decis lo mismo antitaurinos. Sabemos de sobras lo que os interesan los animales. Nada de nada, os lucrais a costa de utilizar a los animales, quereis entrar en política y tener un sueldo público a costa del animal.
El toro y los animales os importa bien poco. Ánimo a los taurinos y despertar, no permitiremos que nos dicten cómo tenemos que vivir o lo que podemos hacer o no. Viva el toro bravo el animal más precioso de este mundo.
Un rotundo NO al maltrato animal, no es lo mismo comer para subsistir que jugar con la comida. El único ser viviente que goza del sufrimiento de otro ser, es el humano.
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