La abeja reina… de la Iglesia
Avispas que habéis escondido, protegido y defendido durante muchos años mientras miles de niños lloraban y sufrían en silencio sus picaduras de lujuria nocturna mientras de día juraban castidad ante el todopoderoso. No hay perdón, ni oración, ni plegaria que os disculpe, ni a ellos, ni a vosotros, ni lo hay, ni lo habrá…
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