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Diarios de naturaleza: escuela para los ‘Picassos’ amantes de la biodiversidad

Rafael Benjumea organiza talleres y viajes. En ellos se disfruta y observa la belleza de las aves, así como la armonía del entorno. Además, en esta actividad intergeneracional el ornitólogo ayuda a las personas inscritas a desarrollar su faceta más artística con la elaboración de dibujos del enclave.

“Cuando alguien dibuja se compara con Picasso, con Dalí o con gente que dibuja muy bien. El don no lo tiene nadie. Nadie nace con un pincel en la mano. El que lo hace bien es porque ha trabajado mucho”. Así enfatiza Rafael Benjumea el miedo atroz de algunas personas al arte.

Este ornitólogo de profesión y artista en su tiempos libre, tuvo la magnífica idea de unir estas dos pasiones. De esta forma surgió Diarios de Naturaleza, una iniciativa que organiza actividades, talleres y excursiones grupales donde todos aprenden con la flora y fauna a partir del arte y la observación.

Uno de los talleres de Diarios de naturaleza./Cedida

Para su propio creador, Diarios de Naturaleza se erige como un proyecto “muy bonito”, un trabajo personal que siempre ha querido sacar adelante. Acercar a las personas al entorno de la naturaleza y hacer ver a su alumnado lo maravillosa que ésta puede ser, es el objetivo principal que Benjumea ha perseguido siempre.

El don no lo tiene nadie. Nadie nace con un pincel en la mano. El que lo hace bien es porque ha trabajado mucho

Su vida ha estado asociada desde siempre al dibujo, desde la infancia le ha fascinado. Pero hasta ahora, profesionalmente se había dedicado al estudio y a la conservación de la naturaleza. En los últimos años también a la actividad turística  fuertemente azotada por la pandemia. Durante la crisis sanitaria pensó que era el momento idóneo para crear este proyecto.

Los viajes de este proyecto consisten en talleres de un día. En la actualidad la pandemia impide viajar. De ahí que las salidas de Diarios de Naturaleza se limitan. “Intento buscar un sitio agradable para los talleres”. Han visitado el centro de visitantes de San Fernando, en el Parque Natural Bahía de Cádiz y también viajaron a Tarifa. Benjumea apunta sus planes post-pandemia: “Tengo planeado viajes a destinos más interesantes. Tenía en mente viajar a Picos de Europa”.

Acercar a las personas al entorno de la naturaleza y hacer ver a su alumnado lo maravillosa que ésta puede ser, es el objetivo principal»

Durante un taller de sensibilización ambiental para personas mayores en Córdoba, en el que hablaban de reciclaje sugirió dibujar un paisaje que simbolizase a la persona de al lado. «Una anciana se puso a llorar porque se veía incapaz. Sintió una descomunal presión al creer que la gente presente la iba a juzgar. En realidad, a ella le encantaba todo lo relacionado con el arte pero, debido a la época en la que creció, dejó de dibujar a una edad temprana para dedicarse a sus labores. Contó que era una mujer que nunca se sintió valorada en su vida y que de antemano pensaba que lo iba a hacer mal». Esta es una de las muchas anécdotas que el ornitólogo narra sobre la experiencia de conciencia y dibujar en sus talleres.

Benjumea lanza un mensaje para los quienes no se atreven a iniciarse en el dibujo.»Todo el mundo ha dibujado. Lo hace un niño y una niña de tres años. Dibujar es pasar un lápiz por encima de un papel. Lo que pasa es que cuando tú dibujas algo te comparas con dibujos de un artista. No es que tú dibujes mal, sino que no has desarrollado tu capacidad. Poco a poco… El primer dibujo no va a salir como querías pero es lo que yo le digo a mis alumnos y alumnas: olvídate del producto final y disfruta del proceso”.

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