Menstruar en la calle: contra la pobreza de las mujeres sin techo que tienen la regla

La disponibilidad de agua potable, jabón y otros elementos necesarios para cuidar la higiene y, por tanto, la salud… en esto consiste la pobreza menstrual.

Durante la pandemia 2020, surgieron diferentes iniciativas en torno al concepto #pobrezamenstrual en América Latina, así como en otros lugares del mundo. Éste se valió de la gran herramienta que suponen las redes sociales.

Uno de ellos es @menstruar_en_calle_montevideo_. Como cuenta su impulsora, Andrea Vallejo, trabajadora social uruguaya, “genera lentamente una trama de contención, intercambio de experiencias y vivencias con activistas menstruales de Chile, Argentina, Brasil”.

En ese sentido, a nivel internacional y, especialmente en Uruguay, hay poco investigaciones y datos al respecto. En España todavía no hay estudios oficiales que recojan los datos de pobreza menstrual.

Lo que sí se sabe es que un envase de compresas de absorción normal de entre 20 y 64 unidades puede alcanzar hasta los 5,38 euros según el último estudio de FACUA. También que dos de cada diez españolas no tienen acceso a compresas y tampones.

La iniciativa no pretende paliar la situación. Su objetivo es abolir y evitar que las mujeres vivan en la calle

La iniciativa otorga el protagonismo a las menstruantes sin techo. “Este proyecto nos gusta tomarlo desde los testimonios de las mujeres en situación de calle y extrema pobreza en Montevideo y de las mujeres que trabajamos con ellas”, subraya la experta.
Trata de tejer una narrativa feminista a través de la cual mirar a la mujer desde su fuerza, como una semejante, con una historia de vida, con saberes y potenciales.

La iniciativa no pretende paliar la situación. Su objetivo es abolir y evitar que las mujeres vivan en la calle. Así lo resume la licenciada y experta en educación sexual, Andrea Vallejo: “Dignificarles tanto su vida íntima sexual, cotidiana, politizando el asunto como un tema de estado”.