Es camarero y trabaja para erradicar el hambre en el mundo
Carlos Sampalo, responsable de ‘El Buen Comer’, es uno de los hosteleros pioneros en sumarse a la campaña nacional ‘Restaurantes contra el Hambre’. A pesar de la llegada de la crisis y de la frustración que sufrió al prescindir de personal, se animó a colaborar para ayudar a personas que padecen desnutrición. “Soy de los que piensan que si a mí me va mal, a otras personas les va peor».
En su adolescencia, con tan sólo 13 años, comenzó su vida laboral. El negocio de la familia se fue a pique y sin dejar de estudiar, Carlos Sampalo, aterrizó en el mundo de la hostelería. En la actualidad, este jerezano de 42 años, lleva una década al frente de ‘El Buen Comer’, uno de los primeros en toda España que participa año tras año en la campaña ‘Restaurantes contra el Hambre’ la mayor iniciativa solidaria de la hostelería en España promovida por Acción contra el Hambre en colaboración con la Federación Española de Hostelería.
La tienda familiar de decoración y arte tuvo que cerrar sus puertas. Entonces la madre de Carlos comenzó a trabajar como limpiadora en el Colegio Nuestra Señora de La Merced. Él, al igual que sus hermanos, concilió trabajo y estudios hasta realizar FP2 de Informática, aunque jamás ha trabajado al margen de establecimientos hosteleros. Lo hacía por necesidad y reconoce abiertamente que le gusta. Comenzó en uno de los hoteles céntricos más importantes de la ciudad andaluza. “Primero era aprendiz, fregaba vasos cuando aún no existían los lavavajillas de ahora”. Y sin lugar a dudas, todo el sueldo iba destinado a casa. “Era el estilo antiguo, era otra educación diferente a la que tienen los jóvenes de ahora; antes se tenía mucha responsabilidad”, explica subrayando que hace casi treinta años de aquello.
Después de tres años sirviendo platos —“de aquí, no de pitiminí”— en su restaurante, decidió trasladarlo y adquirir un local propio en el que actualmente hace las delicias de sus clientes. Poco después comenzó la crisis, coincidió con una llamada de teléfono. La ONG Acción contra el Hambre le propuso participar en una campaña que comenzaban a poner en marcha a la que se sumó. Este restaurante oferta en la carta los platos solidarios y por cada uno de ellos destina entre 0,5 y 2€ a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la desnutrición.
Sampalo reconoce que en aquella época estaba algo frustrado pues tuvo que prescindir de compañeros en ‘El Buen Comer’, pero esta situación adversa no le frenó. Ha participado en cada una de las ediciones de la campaña. La de 2017 será la octava. No le pesa poner su granito de arena: “Soy de los que piensan que si a mí me va mal, a otras personas les va peor. Hay muchos clientes que ya conocen el mecanismo, piden los platos solidarios y hacen sus donativos en la hucha que coloco en la barra”.
“Soy de los que piensan que si a mí me va mal, a otras personas les va peor. Hay muchos clientes que ya conocen el mecanismo, piden los platos solidarios y hacen sus donativos en la hucha que coloco en la barra”.
El establecimiento presume de tener el certificado solidario que verifica su implicación para evitar la erradicación del hambre que amenaza a 795 millones de personas en el mundo. La desnutrición aguda representa el segundo motivo de mortalidad infantil y sólo uno de cada diez niños desnutridos tiene acceso al tratamiento para recuperarse.
Año tras año nuevos negocios hosteleros de España se suman a la campaña, “ahora somos unos 800”, alardea el gerente de ‘El Buen Comer’. Ante las posibles dudas que pueda suscitar la iniciativa a responsables de restaurantes y clientes, Carlos destaca la transparencia de la campaña. Pero, en cualquier caso, repite una y otra vez: “Estoy seguro de que el 95% del dinero que se recauda es para los niños. De todas formas, con ayudar al 60% por ciento de los niños a los que dicen que ayuda, yo ya me doy por satisfecho”.
Para Carlos Sampalo colaborar le aporta mucha paz interior incluso en los momentos de crisis que, dice, parece que se está superando: ya hay otras caras, se ve más alegría, no se ve el miedo que pasamos». Y no se olvida de su referente: “Mi madre nos lo inculcó siempre, llevaba la solidaridad por bandera”.
Periodista.