Reportajes

La matrona que ayuda a vivir un buen morir

Tras ser diagnosticada de cáncer de mama, Rosario Arratta, matrona de profesión, ayuda a las personas que se encuentran en la recta final de su vida. A través de un emblema y un relato ilustrado ofrece acompañamiento y otorga fuerza y sentimiento de pertenencia a quienes se enfrentan a este desafío. Los beneficios se destinan íntegramente ‘Vivir un buen morir’.

¿Qué harías si te dicen que te vas a morir?

¿En qué invertirías esas 24 horas que te quedan?

“Se lo tomó muy mal, pensaba que se iba. Empezó a preparar su despedida”. Tenía cáncer de mama. Así se tomó la madre de Jesús del Río la noticia o al menos de esta forma lo percibió él. Ella, Rosario Arratta recuerda que a su cabeza acudieron de inmediato él y su hermano. “Lo primero que pensé es que mis hijos ya estaban criados”. Luego, se apresuró a dejar listo su testamento vital lo que le dio mucha tranquilidad ante la cascada de incertidumbre bajo la que se encontró de forma inesperada.

Arratta estaba convencida de que por sus hábitos de vida saludables –no bebía, no fumaba, se alimentaba bien– no padecería esa enfermedad. De ahí su sorpresa a sus 48 años, cuando aún faltaban dos para realizarse las pruebas regulares. Un pecho le fue extirpado. Le resultó de enorme utilidad la experiencia previa de haber acompañado en esta enfermedad a un allegado, sobre todo a la hora de descantarse por los diferentes tratamientos. Y cómo no, contó con el inmenso apoyo de sus hijos y sus amigas.

La enfermedad me estaba avisando de que tenía que hacer un cambio y que pase lo que pase no hay que tener pensamientos negativos”

Catarsis

De este severo trance salió renovada. Arratta, matrona de profesión, sintió la necesidad de buscar ayuda “para saber por qué la vida te golpea, por qué tienes que vivir eso”. Entonces halló ‘Vivir un buen morir’, una fundación que acompaña a los enfermos. “Te hacen enfrentarte a la muerte: qué harías si te dicen que te vas a morir, qué harías en esas 24 horas que te quedan». En su caso se dio cuenta de que hacía muchas cosas para evitar estar en casa, para no reflexionar. “Y allí aprendí que la enfermedad me estaba avisando de que tenía que hacer un cambio y que pase lo que pase no hay que tener pensamientos negativos”, cuenta.

Rosario celebró con familia y amigos los diez años de lucha contra el cáncer, es decir, el periodo en el que se estima que se ha superado la fase de metástasis. En esta fiesta surgió la idea que más  tarde se materializó en el proyecto conmemorativo para que otros lo celebren: Quercus Vitae (El roble de la vida), cuyos beneficios van a parar íntegramente a la asociación ‘Vivir un buen morir’.

Lo que importa es irse sintiendo que has revertido todo el amor que puedes dar a los demás, que los demás sientan todo lo que podía darles”

Arratta dio forma primero al emblema, materializado en un colgante, formado por un árbol coronado con las diez esferas. Estas representan el crecimiento personal a través de los diferentes estados de conciencia, al que hace referencia Sefirot (o árbol de la vida). Por otro lado, decidió implementarlo con un relato. Su hijo, Jesús del Río, ha sido el encargado de escribirlo. Además, el cuento ha sido ilustrado por Alejandro Lapetra. ‘De la raíz a la corona’ es el título del cuento en cuya ficción “hay un 80% de realidad”, confiesa Arratta. “Mi hijo ha tenido mucha paciencia conmigo. Cuando hemos visto el resultado también lo hemos celebrado”, presume.

Emblema Quercus Vitae (El roble de la vida)
Emblema Quercus Vitae (El roble de la vida).

Rosario Arrata continúa desempeñando su trabajo como matrona ayudando a traer vida al mundo. Pero tiene claro el futuro: una vez jubilada, quiere ser voluntaria en cuidados paliativos. “Lo que importa es irse sintiendo que has revertido todo el amor que puedes dar a los demás, que los demás sientan todo lo que podía darles”.

Maria Luisa Parra

Periodista. En twitter @MLPARRAGARCIA

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