La polémica celebración de un ascenso a primera con la amenaza de rebrotes por coronavirus
El Cádiz F.C. consiguió ascender a Primera en el Rosal la noche del pasado domingo. Miles de gaditanos y gaditanas salieron al centro histórico de la ciudad para celebrar entre cantos y petardos la noticia tras quince años de espera. Sin embargo, el comportamiento incívico de algunos asistentes al incumplir las medidas de seguridad impuestas por la COVID-19 han sido objeto de crítica.
Fotografía: Aficionados cadistas celebrando el ascenso./ Cedida
Tras las polémicas aglomeraciones producidas el pasado sábado en el Carranza durante el partido que pudo llevar al Cádiz F.C. directo a la liga de honor, la Policía Nacional y Local se desplegó el domingo 12 de julio por la capital gaditana. La misión era logran controlar la situación y el cumplimiento de las medidas sanitarias cuando el equipo lograse el ascenso. Fue con el 0-3 del Oviedo el momento en el que comenzaron a sonar los primeros coches en la avenida.
Habrá quien no piense en las consecuencias y actúe inconscientemente, pero yo estuve allí y tampoco fue tan exagerado como se ha contado en los medios”
Las Puertas de Tierra se vallaron y la fuente central permaneció sin agua, tal y como estaba previsto según la normativa establecida tras la crisis sanitaria vivida los pasados meses. A las doce de la noche el Oviedo ya había ganado al Zaragoza (2-4), por lo que el Cádiz ya estaba oficialmente en primera y los cadistas no dudaron en celebrarlo.
Parte de la afición salió con su mascarilla a la calle conscientes del peligro que aún acecha. Sin embargo, un gran número de los allí presentes no cumplió con las medidas de seguridad establecidas. Sin mascarillas y desperdigados por las plazas de Puertas de Tierra.
Una multitud de coches se dirigió hacía el huracán para unirse al festejo y mientras sonaban los cláxones tiraban desde dentro de los vehículos cualquier prenda de color amarillo que tuvieran a mano.
Hubo petardos y alguna que otra bengala que asustó a más de uno, pero todo se produjo bajo control y no con el frenesí con el que se recibió al equipo el día anterior. Pasadas las doce de la noche, la policía decidió cortar el tráfico ante el cúmulo de 2000 aficionados que ya estaban congregados en la Plaza de la Constitución.
Consideran una irresponsabilidad y una falta de respeto para el personal sanitario y la ciudadanía celebrar el ascenso del Cádiz C.F., tanto en un bar como en una aglomeración, y prefirieron quedarse en casa para evitar el contagio
Cadistas como José. L. López , de 25 años, consideran una irresponsabilidad y una falta de respeto para el personal sanitario y la ciudadanía celebrar el ascenso del Cádiz C.F., tanto en un bar como en una aglomeración, y prefirieron quedarse en casa para evitar el contagio.
Otros como Salvo Gavira, de 23 años, sí fueron al encuentro en el casco antiguo de la ciudad. Sin embargo, asegura que los y las cadistas sí respetaron la distancia y que solo una minoría de los ancestrales brigadas amarillas no cumplían con las medidas impuestas para prevenir la COVID-19.
“Yo estuve en Puertas Tierra media hora, el tiempo de cantar unos cánticos y luego irme a un parque apartado con mi grupo de amigos para charlar sobre la victoria con unas cervezas frías”, nos cuenta Gavira.
Por otro lado, muchos gaditanos como Matilde Flores (47 años), creen que todo es fruto de los medios de comunicación. Piensa que intentaron mostrar una mala imagen de la ciudad: “Habrá quien no piense en las consecuencias y actúe inconscientemente, pero yo estuve allí y tampoco fue tan exagerado como se ha contado en los medios”.
Al final, lo que iba a ser una noche para el recuerdo con una ansiada celebración que no se daba desde hace 15 años, se ha convertido en un controvertido debate, muy distinta a la que cualquiera podría imaginar antes de la pandemia.