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Alerta de que su hijo con discapacidad sufre falta de higiene en el colegio: «No es un muñeco»

  • Tamara Jiménez, madre de un alumno con distrofia muscular de Duchenne, asegura que éste llega a casa húmedo o con la ropa seca oliendo a orina y que le alteran la dieta “para estreñirlo y no cambiar el pañal”.
  • Este medio ha intentado contactar sin éxito con los responsables del centro educativo y con la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM) –entidad de la que proceden los auxiliares técnicos educativos que atienden al pequeño– rehúsa dar su versión sobre las reclamaciones presentadas por Jiménez.
  • Docentes del centro educativo se han apresurado a negar lo denunciado por esta madre, destacando la dedicación y la implicación del profesional encargado del cuidado de este alumno.

Es viernes por la tarde cuando suena el teléfono de OtroPeriodismo. “¿Es el periódico?”, pregunta una mujer al otro lado. Aunque tiene el fin de semana libre para descansar, prefiere no esperar, pide que alguien la escuche y se haga eco de su frustración. Un día más su hijo de 13 años afectado por la distrofia muscular de Duchenne que apenas mueve los brazos y que se desplaza en silla de ruedas, llega del colegio a su casa de Cancelada (Málaga) con el pantalón húmedo. “Le dejan abierto el pañal en la ingle, por eso se cala y se le irrita la piel”, describe Tamara Jiménez, madre del alumno, más calmada unos días después.

Y es que se siente desamparada, no sabe a qué puerta llamar. Desde que el pequeño comenzó su etapa educativa en el CEIP Ramón Lago de Estepona en 2013, no recibe la atención adecuada por parte de la persona responsable del cuidado del alumnado con discapacidad. Siempre según palabras de la madre, es habitual que llegue a casa con el pantalón mojado, y otras veces, seco con olor a orina porque le colocan el pañal de forma inadecuada.

La primera monitora que se ha responsabilizado de su hijo hasta la Navidad de 2017, relata Jiménez, “se negaba a limpiarle bien sus partes, decía que no era enfermera y él ya no podía mover las manos y ella se negaba a tocarle los genitales, de modo que se le irritó, tuvimos que ir al médico y pasamos unas navidades horribles”. Después de este incidente se dirigió a la Agencia Andaluza de Educación en Málaga, al Defensor del Pueblo, y al inspector de Educación. En todo momento han restado importancia al asunto considerando que se trataban de “matices que se podían solventar, que les diera una oportunidad, pero mi hijo no es un muñeco para dar tantas oportunidades”.

En el 2018 ya con un nuevo monitor los problemas persisten e incluso se han agravado. No le viste de forma adecuada, le hace daño en el hombro al no girarlo bien y los pantalones no se los sube por completo hasta la altura correspondiente. Recientemente solicitó una reunión con responsables de FAAM, el director del centro, el pequeño y el monitor que se ausentó por una baja. “Me enseñaron los títulos, pero lo que hace falta es hacer las cosas con cariño. Con su sustituto no hubo “ningún problema, subraya.

Otro de los aspectos que más le preocupa es la modificación de la dieta de su hijo que no debe ser alterada bajo ningún concepto. Sin embargo, en el colegio se la cambian hasta estreñirlo “con la excusa de que tiene diarrea cuando no es cierto y mi hijo pierde peso”. El entorno familiar del pequeño asegura que con sus compañeros se encuentra a gusto, pero que su monitor le intimida y le confunde. “Le trata como si tuviera discapacidad intelectual y de la cabeza está bien aunque no se pueda mover”.

Gracias a que en la actualidad comparte clase con su hermana, 22 meses menor, está mejor atendido: “Si ella no asiste a clase, nadie avisa al monitor de que necesita su ayuda”. Hastiada deja claro que no pretende dejar a una persona sin empleo, sólo que traten a su hijo con cariño.

Después de oír el relato de diferentes episodios y de ojear las quejas y reclamaciones presentadas por Tamara Jiménez, este medio ha intentado contactar con los responsables del centro educativo sin éxito. Por su parte, la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM) –entidad de la que proceden los auxiliares técnicos educativos que atienden al pequeño– en un principio se negó a hacer declaraciones cuando se le preguntó por las quejas y reclamaciones verbales y escritas presentadas de forma reiterada de las que tienen constancia, aunque han preferido sacudirse el problema: “Otroperiodismo.com no nos facilita datos concretos de la problemática planteada en el CEIP de la localidad de Estepona y en esas circunstancias es muy difícil dar una explicación o una versión”. No obstante, este medio mantiene las puertas abiertas a los responsables del colegio y de la federación.

En contraposición al silencio de los máximos responsables, docentes del centro educativo se han apresurado a negar lo denunciado por esta madre, destacando la dedicación y la implicación del profesional encargado del cuidado de este alumno.

Mientras, la enfermedad del pequeño evoluciona sin frenada. Cuando nació aparentemente sano su madre no dudó en tener a su hija que llegó a la vida 22 meses. Las comparaciones entre ambos evidenciaba que tenía algo y no sin dificultades era diagnosticado de Duchenne a los cinco años. “Fue un palo muy duro, pero nos acostumbramos, en un par de meses lo asimilé y lo llevamos muy bien”. Con lo que no contaba era con la falta de atención adecuada en el colegio. “No tengo ninguna necesidad de mentir, si el niño estuviera bien, no tendría ningún problema”, concluye Tamara Jiménez.

Maria Luisa Parra

Periodista. En twitter @MLPARRAGARCIA

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