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Gerardo Tecé: «Si es humor para herir por herir, no es el mío»

Opina en su conocido canal de noticias y en varias cabeceras como eldiario.es, CTXT o La Marea. Gerardo Tecé (1982), cuasi estadista, se siente afortunado por poder expresarse en libertad sobre temas más o menos polémicos con creatividad y aportando un toque de humor a la actualidad.

 

Seguramente se lo hayan tropezado en twitter paseando en bragas sus opiniones tras la careta de Kevin Malone, uno de los personajes de la serie ‘The office’. Para eso muestra menos pudor que a la hora de exhibir su intimidad. Este moderno Prometeo de las nuevas tecnologías dio a luz a su criatura, un canal de noticias con el que ha cultivado un amplísimo número de seguidores, en febrero de 2009. De ahí ha dado el salto a la prensa. En la actualidad realiza colaboraciones para más de una decena de medios entre ellos eldiario.es, La Marea y CTXT. Detesta ser considerado un tertuliano 2.0, aunque asume que representa ese papel a día de hoy, sin renunciar a convertirse pronto en un verdadero periodista, con permiso de su característico pesimismo. Gerardo Tecé (1982), contrario a las banderas, reconoce que la vida en Sevilla le tira, a pesar de viajar a menudo a Madrid y a otras ciudades por motivos de trabajo, o al resto de Europa por placer. Este cuasi estadista, se siente afortunado: trabaja en el mundo de la comunicación, lo que le apasiona. Y, mientras pueda, lo hará en libertad para hablar como lo ha hecho en esta entrevista para OtroPeriodismo sobre temas más o menos polémicos, como la corrupción y la precariedad laboral, con el sello ‘teceriano’: creatividad, bondad e inteligencia.

OP.- Primera pregunta un poco absurda: es todo un ‘influencer’ de la actualidad, ¿siente cierta responsabilidad?

GT.- Esa pregunta me la han hecho varias veces y seguramente cada vez haya dicho algo distinto porque no lo tengo claro. Creo que no, en el fondo no me la supone. Si me la supusiera, por cómo soy, lo haría de una forma distinta, me cortaría más, tendría más cuidado. Existe una responsabilidad en tanto en cuanto eso lo lee mucha gente, pero no les obligo, no les cambio el celebro, es mi opinión simplemente. ‘Responsabilidad’ es una palabra con mucho peso. Yo opino, habrá a quien le pueda influir un poco, otros a quien no le influya nada y otros que incluso le influya hacia el lado contrario. La responsabilidad conlleva un peso y no lo siento cuando trabajo en las redes sociales, simplemente opino, es una parte que está ahí, ya está.

OP.-¿Qué le aporta?

GT.- Comunico una parte que me interesa mucho. Empecé en twitter para leer a otros. He dedicado mucho más tiempo en mi vida a leer a otros que a opinar yo. Ahora estoy en una etapa en la que opino mucho por lo que sea, me lo he impuesto, se han dado así las cosas. Ahora estoy en ese punto. Si no lo estuviera, estaría leyendo opiniones, informaciones, viendo reportajes de otros… Me importa por el hecho de que la comunicación es muy importante, me interesa mucho.

OP.- ¿Qué tuit ha eliminado?

GT.- Hace poco eliminé unos cuantos porque me hicieron un recopilatorio de hace siete u ocho años sacados de contexto en los que yo incluía la palabra ‘tetas’, haciendo ver que era un hombre machista. Como no me acordaba del contexto en el que los había escrito, vistos así no me gustaban mucho y me estaban dando dolores de cabeza los quité de en medio porque tengo una legión de gente que, entre otras cosas se dedica a buscar cosas de ese tipo. Tampoco aportaban nada, si no no los borro.

OP.- ¿Nunca has borrado alguno porque hayas escrito una burrada?

GT.- También, pero en realidad no lo recuerdo. Normalmente cuando pongo algo lo hago con todas las consecuencias y tiro para adelante.

OP.- ¿Las personas inteligentes son las serias o las que tienen sentido del humor?

GT.- El sentido del humor va asociado a la inteligencia, eso está claro. Dicho eso, por supuesto habrá personas muy serias e inteligentes que no lo practiquen y habrá gente no tan inteligente que lo practique y bien practicado. El humor siempre tiene que ser inteligente porque supone una ruptura con algo. Sólo por el mero hecho de que el humor hay que currárselo hace que tengas que tirar de algo de inteligencia, creo.

OP.- Tirar de humor y de inteligencia es una cosa, ¿ser la diana de cierto humor y llevarlo bien es propio de personas inteligentes?

GT.- Creo que también. Justo hoy hablaba sobre esto con una persona. Hay un programa que se llama ‘La vida moderna’ de la Cadena Ser, —se lo recomiendo a todo el mundo—. Probablemente hace el humor más bestia ahora mismo en España, súper bruto e inteligente al mismo tiempo. Cuando va alguien en silla de ruedas al programa, que tiene público, se ríen de ella de una manera que no se siente ofendida para nada. En ese caso se produce, por un lado inteligencia sabiendo cómo hacerlo, tienes que tener claro el contexto, la estructura de humor y que quede claro que no hay maldad detrás y la persona que está en silla tiene que recibirlo igual. Esta persona de la que se ríen, que se ríe e, incluso, sube el nivel de la broma, tiene que tener inteligencia para hacer eso y muy buen sentido del humor.

OP.- ¿Sobre que asunto no escribirías jamás un tuit sarcástico o de humor?   

GT.- Nunca, nunca, sobre nada. Es decir, podría hacerlo sobre todo. Que me sintiese cómodo o no, sería otra cosa. Cuando uno hace humor o lo intenta tiene que tener un componente de bondad. Puedo hacer un chiste de negros, que en principio no es un humor que sea el que más me atraiga, pero si lo hago desde un punto de vista antirracista –yo no lo soy para nada—, no hay una maldad detrás. El problema es que el chiste lo haga una persona racista. Normalmente prefiero reírme de una persona que esté en una situación favorable que del tío que vive en un cajero, me lo pide más el cuerpo, me parece más divertido y más ético.

OP.- Supongamos que se muere su madre, ¿sería capaz?

GT.- Yo no, porque bromeo con muchísimas cosas de mi vida, pero algunas serían tan dolorosas que no me apetecería. Si mi hermana hace una broma no me voy a enfadar con ella, si la hace un desconocido sería una situación distinta, y depende el cómo, la intención… Es decir, si es humor para herir por herir, no es el mío. Creo que el humor tiene que tener algo de creatividad, aportar unas risas, no dolor. Las risas pueden surgir de cualquier situación de dolor pero el objetivo no tiene que ser aportar dolor.

OP.- No expone su vida en las redes, aunque sí sus pensamientos sin encarnar a un personaje.

GT.- Yo no expongo mi vida en las redes porque tengo muy compartimentada mi vida, la he organizado así. Tengo mi vida personal y por otro lado tengo el trabajo o función que yo hago. Son cosas distintas, por eso no las mezclo, simplemente. Soy tímido y reservado para mis cosas y también porque a nadie le interesan, no es nada divertida para compartirla en las redes. Lo que puedo aportar es una broma sobre un tema de actualidad para lo que puedo tener cierta habilidad, pero a nadie le importa si me he preparado hoy unas lentejas o un arroz y tampoco me apetece contarlo.

OP.- ¿De verdad piensa que no puede interesarle a nadie?

GT.- Seguro que no.

OP.- Tiene fans…

GT.- Ya… no te creas, está sobredimensionado todo ese rollo.

OP.- Usted ha escrito recientemente: “Assange, no nos haga esto a quienes creemos que las cosas de la justicia y los derechos son globales y no van de trapitos (banderas)”. ¿Se incluye en esa afirmación?

GT.- Me incluyo al cien por cien en la afirmación de que creo que las cosas no van de trapitos sino de otras cosas más importantes que los trapitos. No soy nacionalista de ningún tipo, ni lo he sido nunca, y espero no serlo.

 OP.- ¿En qué, en quiénes cree y por qué?

GT.- Es una pregunta… Todo lo que te diga va a sonar pedante o flipado.

OP.- Diga la verdad y ya está.

GT.- Creo realmente en la gente que tiene buena intención y que hace las cosas porque es su oficio y se vuelca en él, porque quiere mejorar algo… No soy yo de idolatrar a grandes cosas.

OP.- Como por ejemplo…

GT.- Cualquiera, no necesariamente tiene que ser alguien famoso ni nada parecido. El camarero que se lo curra, intenta hacer su trabajo de puta madre y poner una sonrisa y que al mismo tiempo dice: merezco cobrar cien pavos más y las horas extra. En esa guerra del día a día si me siento identificado.

OP.- En ese artículo que mencionado antes ponía a Assange por las nubes. ¿Es su gran ídolo o personaje fetiche?

GT.- No es mi ídolo, fue un tío que me llamó mucho la atención, seguí muy de cerca lo que pasó con Wikileaks.

OP.- Entonces, ¿quién es su ídolo o personaje fetiche?

No tengo ningún ídolo. Hay un personaje al que nunca he conocido y siempre me ha inspirado mucho, de esos que piensas ‘me encantaría ser su amigo’: el escritor José Saramago. Me leía sus libros y decía ‘hostia’, he ido a alguna conferencia suya… era un poco ‘groupie’ de Saramago, de la única persona que lo he sido. Me dio mucha pena cuando se murió, algo que no me suele pasar cuando fallece un famoso.

OP.- ¿Por qué de Saramago?

GT.- Porque creo que era muy bueno y muy buen tío al mismo tiempo, supongo.

OP.- Según su cuenta de LinkedIn simultanea 13 trabajos/colaboraciones en la actualidad, incluyendo su propia cuenta de twitter.

GT.- Un huevo, sí, demasiados, a lo mejor.

OP.- ¿Cómo se explica eso?

GT.- Pues porque el mundo del periodismo está así. No conozco el trabajo antiguo de redacción, de trabajar para un medio. Yo he llegado a un mundo en el que vives de mil trabajos y colaboraciones al mismo tiempo.

OP.- ¿Cómo se hace eso?

GT.- Tomándomelo todo como un único trabajo y echándole muchas horas, las dos cosas.

OP.- Escribe artículos y publicaciones sobre precariedad laboral y/o emprendimiento en España, ¿se incluye, habla de forma subjetiva?

GT.- Es una muy buena pregunta. Trabajo en medios en algunos de los cuales hablamos de precariedad laboral y, al mismo tiempo, de alguna forma los que estamos ahí somos precarios desde los fundadores. Por ejemplo, en CTXT —periodistas cojonudos, salidos de El País, El Mundo, gente muy potente— que montan un medio para hablar de precariedad, pero pero no hay pasta. Somos precarios por el propio sistema. Es una paradoja, pero somos precarios en un medio en el que denunciamos la precariedad. Intentamos hacer un modelo de periodismo nuevo y esperamos que algún día no resulte precario hacerlo, confío en que lo conseguiremos.

OP.- Hagamos un símil. Supongamos que realizamos el estudio del CIS: ¿qué le preocupa a Gerardo Tecé?

GT.- Mi barómetro sería muy personal y típico. Me preocupa que la gente que quiero esté bien, sobre todo, y que los que no conozco estén lo mejor posible.

OP.- ¿Y a nivel social?

GT.- La corrupción. Es un problema mucho más grande de lo que todos nos creemos, como un virus chiquitito pero afecta a cosas grandes. Tengo una hermana científica que está en el extranjero, se fue por voluntad propia. Si quiere volver no lo tiene tan fácil, entre otras cosas porque no se han hecho unas políticas a largo plazo de cuidar ciertos sectores y no se han hecho porque la corrupción hace que se haya decidido que las políticas tiren hacia un enriquecimiento inmediato, no para medio plazo. Afecta a nivel personal indirectamente pero llega a calarlo todo. Me preocupa el carácter con el que se están dando ahora las cosas, los trapitos —lo que hablábamos antes— provocan situaciones muy tensas y estresantes para la convivencia.

OP.- ¿Le preocupa el estado de salud de la democracia?

GT.- Sí…

OP.- ¿La libertad de expresión?

GT.- Por supuesto. Eso me preocupa muchísimo. Me parece un síntoma evidente de si las cosas van bien o mal. Cuando imputan al director de El Jueves por un chiste sobre la Policía hace a España un país peor, menos sano.

OP.- Como profesional de la información, ¿no le preocupa que los twiteros del momento marquen el paso a los políticos?

GT.- Me preocuparía si fuera así, espero que no sea así. Creo que los políticos están muy metidos en redes y que están muy pendientes. Queramos o no, las redes sociales para ciertos partidos son importantes porque son el medio de comunicación y difusión que tienen. Creo que los políticos son menos tontos de lo que nos creemos. Hay muchos que son bastante tontos, pero por lo general no lo son, de ningún partido. No creo que se dejen llevar por las redes sociales, simplemente las usan y las aprovechan es para acercar el ascua a su sardina. Creo que es más eso que dejarse influenciar.

OP.-¿Cómo ve el futuro del 15M?

GT.- El 15M creo que por desgracia murió. El futuro es que recordemos por qué surgió, pienso, si no recordamos eso, no tiene futuro. Creo que hay mucha gente que lo recordamos, pero creo que en el día a día ya no se practica, como una religión ya desaparecida. Llegó Podemos y se hizo partido político, intentó heredar eso y en ello están pero, claro, ya es otra guerra, otro ámbito, es distinto. El 15M como tal ya no existe, es un recuerdo y dejó una herencia, pero está vivo a día de hoy.

OP.- ¿Le gustó su final?

GT.- Me hubiera gustado que tuviera más impacto del que tuvo, que no fue poco. Cambió muchas cosas en el sentido de que hablábamos cosas entre nosotros y no se ponían en común. Ya era habitual en la época hablar del problema de la corrupción, de que éramos mercancía… Lo hizo evidente a ojos de todos, tuvo éxito al poner cosas en la agenda, provocó un movimiento en el tablero, pero ya estamos en otro momento.

OP.- ¿Ejerce su labor en libertad?

GT.- Sí porque los medios en los que colaboro me dejan hacerlo, pero lo normal no es eso. Lo normal es que no sea tan sencillo hacerlo en libertad, es bastante complicado, de hecho. Hay un montón de periódicos en España en los que no eres libre, estoy convencido. No he trabajado en ellos porque ni me llaman. En los que trabajo me dan márgenes de libertad suficiente.

OP.- ¿En qué espejo le gustaría mirarse?

GT.- No soy yo mucho de idolatrar a nadie; veo actitudes que me gustan o que no, en unos y en otros. Mis compañeros de CTXT que tienen más experiencia, creo que hacen las cosas guay. No quiero que quede pelota, tiene una explicación: trabajo de una forma muy cómoda, aprendo bastante con ellos.

Un amigo que también se dedica a este mundo decía que éramos tertulianos 2.0. Me pareció una definición horrorosa que me jodió muchísimo, pero puede que se acerque un poco a lo que hacemos»

OP.- ¿Qué experiencia le ha marcado más a nivel periodístico?

GT.- No lo sé. Es que no soy periodista, ni siquiera sé lo que soy. Un amigo que también se dedica a este mundo decía que éramos tertulianos 2.0. Me pareció una definición horrorosa que me jodió muchísimo, pero puede que se acerque un poco a lo que hacemos. Como twiteros que saltamos a medios y vamos haciendo una cosa que no sabemos bien qué es porque es un mundo nuevo. Lo odié cuando lo dijo, pero puede que tenga algo de razón. Ahora, yo a la larga quiero ser periodista, no tertuliano 2.0.

OP.- ¿No le gustan los tertulianos?

GT.- Me parece una figura que está muy quemada. El opinador que sabe de todo y no soy eso, no quiero serlo, ni me apetece. No me gusta el concepto de tertuliano, de por sí es un concepto que está mal: ‘tertuliano’ vengo a aquí, hablo de lo que me echéis… No me mola.

OP.- ¿Cómo se define?

GT.- No tengo ni idea. No soy periodista, ejerzo pero no lo he estudiado, sin embargo, como y pago el alquiler con eso. Lo soy, digamos, a nivel de oficio. Me gustaría asentarlo y terminar siéndolo. Estoy en ello. Me siento como un híbrido, un golpe de suerte me ha llevado a dedicarme a lo que yo me quería desde pequeño.

Maria Luisa Parra

Periodista. En twitter @MLPARRAGARCIA

2 comentarios en «Gerardo Tecé: «Si es humor para herir por herir, no es el mío»»

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