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Imágenes que alimentan la imaginación

La ilustración es un complemento de la lectura, pero su presencia en los libros infantiles se ha convertido casi una obligación.

Ilustración: Detalle de ‘Mowgli’, Justine Braxdel.

Los beneficios de la lectura son ampliamente conocidos y reconocidos por la comunidad científica: favorece la concentración, alimenta la imaginación y la empatía. Pero no solo eso, entre muchas otras cosas, también está reconocida su capacidad de prevenir la degeneración cognitiva.

Por estos grandes beneficios, la introducción a la lectura en los jóvenes siempre ha tenido gran peso. En los colegios, incorporan lecturas obligatorias para incentivar este hábito que es tan positivo adquirir y mantener en el tiempo. Sin embargo, muchas veces, la imposición de libros crea reticencias en los niños. Siendo una obligación durante la infancia, impiden a los niños disfrutar de la lectura, encontrar el libro que les guste y dar con su género.

Como dijo J. K. Rowling, creadora del mundo de Harry Potter, “si no te gusta leer, es porque aún no has encontrado el libro indicado”. En concreto, ‘Harry Potter’ ha demostrado ser un libro infantil que caló hondo en los corazones de los niños de entonces y que continúa en la actualidad, niños y adultos sigue maravillándose con su mundo. Pues hay que recordar que, hoy día, veintidós años después de la publicación del primer libro, estos siguen siendo de los más vendidos y recomendados para el público infantil, con diferentes reediciones. Actualmente, está siendo publicada una versión ilustrada, cuyos dibujos pertenecen a Jim Kay, un ilustrador inglés galardonado por la Medalla Kate Greenway en 2012 por sus ilustraciones del libro de Patrick Ness, ‘Un monstruo viene a verme’.

“Hay muchas campañas para fomentar la lectura infantil, pero no son suficientes” opina Lola, dueña de una librería dedicada al público infantil. Ella está de acuerdo con la frase antes dicha por J. K. Rowling. “Cada niño tiene sus propios gustos, es obvio que no a todos les puede agradar el mismo libro”, argumenta. Está a favor de buscar a cada niño una lectura personalizada apropiada a sus gustos, para encuentren en los libros un entretenimiento y no una obligación.

Esto puede llevarse a cabo perfectamente. Actualmente hay gran cantidad de libros infantiles con diferentes tramas, géneros e historias. Encontrar la historia que pueda gustar a un niño en concreto, es más sencillo cada día.

Según Statista, un portal de estadísticas en línea con datos de estudios de mercado y de opinión, indica en una gráfica la evolución creciente de títulos infantiles y juveniles editados en España, cuyo pico está en 2017, donde hubo casi 13.300 títulos editados. Un gran número de libros infantiles para que su público pueda elegir entre muchas opciones.

LA ILUSTRACIÓN, LA CARACTERÍSTICA DE LA LITERATURA INFANTIL

Una gran influencia de los libros infantiles la tiene la ilustración de estos. Los dibujos y sus colores llaman la atención de los niños y padres, compradores de dichos títulos. Lo llamativo del libro está muy relacionado con la portada y las ilustraciones que contienen. Aunque es famosa la frase de “No juzgues a un libro por su portada”, Lola nos informa de que los libros ilustrados con portadas llamativas tienen mayor acogida. “La literatura infantil se apoya mucho en la ilustración, un foco que aumenta la creatividad de los más pequeños” argumenta.

Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, John Tenniel.

Hablamos de los libros de ahora, pero hay numerosos libros infantiles que han roto la barrera del espacio y el tiempo, así como las ilustraciones que contienen. Los dibujos de Antoine de Saint-Exupery y E. H. Shepard son, hoy en día, totalmente reconocibles por el público y se mantienen sin grandes variaciones del original en los respectivos libros: ‘El Principito’ y ‘Winnie the Pooh’. 

Tampoco podemos eliminar de esta lista a Beatrix Potter, escritora e ilustradora, cuyos dibujos son aún reconocibles por su estilo en acuarela y tonos pastel, sin contar que uno de sus personajes, Peter Rabbit, pertenece a la infancia actual. Con casi ciento veinte años, el próximo año 2020 saldrá su segunda adaptación animada en la gran pantalla. 

Carmen Hidalgo, coordinadora del Máster en Dibujo de la Universidad de Granada, nos cuenta que la ilustración infantil nació de manos del editor John Newberry en el siglo XVIII, y que hasta entonces no había un concepto de literatura infantil. “Durante todo el siglo XIX el producto se desarrolla y se consolida hasta que se crean, a finales de ese siglo, los primeros álbumes ilustrados infantiles”.

Los álbumes ilustrados infantiles son libros de pocas páginas, donde predomina la imagen sobre el texto, y en la que ambos componentes –el dibujo y la narración– interactúan entre sí para contar una historia. Que sería imposible de hacerse si “leyéramos” los dos medios por separado. “El álbum ilustrado supone la publicación infantil por excelencia”, determina para concretar que,incluso actualmente, el álbum sigue siendo la publicación que presenta mayor creatividad y donde los ilustradores tienen mayor libertad.

Esto les ha ayudado a desarrollar este tipo de lectura y culminarse a sí mismos, según Hidalgo. “Las publicaciones para niños han alcanzado su máximo esplendor adquiriendo la categoría de ‘arte’” añade, ensalzando la posición de las primeras imágenes que acompañan los textos de nuestra infancia. No es algo que rebatir, muchas de las ilustraciones de libros (nuevos o viejos) son capaces de hacer iluminar el rostro de una persona adulta, por mucho que pasen los años.

Con el estilo y las tendencias de la ilustración infantil, la experta intenta no decidirse por ningún estilo “No creo que se pueda hablar de grandes tendencias en ilustración infantil en la actualidad, debido a la gran oferta y variedad de estilos artísticos que podemos encontrar hoy en día en las publicaciones infantiles”. Aunque sí que reconoce una tendencia a la representación de personajes con leves grados de caricaturización y a la simplificación de las ilustraciones, que está totalmente influido por el público al cual va dirigido. “Los niños son grandes dibujantes, debemos de aprender de ellos, porque saber sintetizar lo importante en sus dibujos, destacando aquello de mayor importancia”.

A pesar de que se asocia la ilustración infantil a los tonos pastel, no hay una paleta idónea ni mayor diferencia entre los colores usados en el género en comparación con otros tipos “Los colores, al igual que cualquier técnica, está subordinada al mensaje”, tonos más pastel o tonos más fuertes implican un mensaje implícito relacionado con el texto del libro para crear sensaciones y relacionar ciertos sentimientos y emociones con la historia.

Pero a veces no hay mensaje. Hoy en día están surgiendo nuevos libros que narran una propia historia, sin texto ni letras, únicamente ilustraciones. Historias sencillas capaces de hacer reflexionar. Suzy Lee se arriesgó en este formato para su libro infantil, ‘La Ola’, donde narra la historia de una niña en un día de playa. Este libro destaca por la simplicidad de sus ilustraciones de acuarela donde desarrolla, sin ninguna necesidad de palabras, el cuento de una forma totalmente genuina.

Donde viven los monstruos, Maurice Sendak.

Nuevos recursos de la ilustración

En la actualidad, los ilustradores tienen unas novedosas herramientas que no tenían hace tan sólo unas décadas. El concepto de ilustración digital nace y se formaliza en estos tiempos, con tabletas gráficas que permiten un trazo natural para el dibujo. Ayudando a los ilustradores a simplificar el trabajo. Las nuevas tecnologías también permiten nuevas formas de explorar la creatividad en el dibujo, añadiendo técnicas nuevas como la ilustración a tres dimensiones. También ayuda a desarrollar nuevos estilos, más simples y caricaturizados. 

La profesora Carmen Hidalgo opina que estas nuevas técnicas tecnológicas cada vez se imponen más en la ilustración, pero, concretamente, la dirigida al público infantil es contraria esta tendencia “Es interesante comprobar cómo las técnicas tradicionales siguen siendo mayoritarias en ilustración infantil, pudiendo encontrar la acuarela, el acrílico o cualquier otro material de forma pura o mezclado con otros”. Esto es algo importante, pues en un mundo donde los niños tienen dispositivos informáticos cada vez a una edad más temprana, siguen manteniendo un estilo visual tan tradicional. 

Las nuevas tecnologías no solo han aportado nuevas herramientas, también nuevas formas de difusión: internet y las redes sociales. El ilustrador encuentra en estas, un contacto natural con el público en busca de darse a conocer y expandir su arte.

En Instagram, la red social de imágenes por excelencia, tenemos a Linzie Hunter con 126.000 seguidores. En su perfil encontramos una muestra de sus dibujos, llenos de colores y de un estilo simple, casi todos dirigidos a un público infantil. También, en su biografía, tiene un enlace a su propia página web, con un porfolio más amplio de su trabajo y una sección de tienda para obtener desde ilustraciones impresas, hasta cojines, bolsos y camisetas con sus propios dibujos.

Esto abre una nueva puerta hacia los ilustradores, quienes ya no solo obtienen beneficios de su trabajo por editoriales o clientes en busca de una imagen para un objeto. Consiguen su que sus imágenes sean el propio producto que es vendido, sin necesidad de terceros.

Rob Hodgson también es otro ilustrador infantil cuyo porfolio de trabajo podemos encontrar también en Instagram, con 17.300 seguidores. En su perfil podemos hay desde ilustraciones sueltas dirigidas a niños, hasta capturas de libros infantiles de los que también es el autor, como ‘The Cave’, ‘The Woods’, e incluso una enciclopedia de monstruos (‘An A to Z of Monsters: Magical Beings’).

Carmen se muestra contraria al uso de las redes sociales, no más allá de un uso puntual, sin ningún tipo de seriedad. Pero no la ayuda de la red en la difusión y en darse a conocer para encontrar clientes. “Las nuevas tecnologías son los nuevos porfolios de los ilustradores”. Se justifica diciendo que hay otras plataformas más profesionales y efectivas que las redes sociales para subir sus creaciones.

Pero el enviar al vacío de Internet sus obras es lo importante, pues muchas editoriales rastrean ilustradores por la web, buscando al profesional con el estilo indicado para una obra concreta. Aún así, lo preferible es que el escritor y el ilustrador trabajen en un mano a mano en el libro para que las lecturas, tanto visuales como del texto, coincidan y sean interdependientes en la historia.

Concordia res parvae crescunt 

O la unión hace la fuerza. Cada día surgen más colectivos de profesionales de ilustradores, lo que prueba lo efectivos que son y cuán cierta es la frase anterior. Hace un tiempo, eran pocos, y solo en ciertas capitales y comunidades autónomas, pero hoy en día hay muchos que se unen por sumar fuerzas a diferentes campos de la ilustración. Carmen está de acuerdo con estas organizaciones que trabajan para la unificación de su profesión. “Lo veo interesante y necesario, puesto que trabajan por valores loables relacionados con la cultura, la infancia y la educación”.

Garabattagge Ilustra es una de estas asociaciones de ilustradores que surgió hace tan solo unos pocos años. Con sede en Sevilla, persiguen la difusión de la cultura de la ilustración en todas sus vertientes y entre todos los públicos, con una vocación no solo informativa, también formativa hacia nuevos ilustradores. La asociación además de la función interna de ayuda y colaboración entre sus miembros, lleva a cabo un festival de ilustración en Sevilla, el Garabato Fest. El año pasado cumplió su sexta edición, donde celebraron mesas redondas, exposiciones, charlas, talleres y workshops. También tiene varios proyectos y jornadas temáticas, entre ellas, también la ilustración infantil.

Aunque muchas cosas han cambiado durante los años, la ilustración infantil es un tema del que hablar pues evoluciona constantemente. Nada tiene que ver los estilos, géneros y temáticas de los de ahora con los primeros del siglo XVIII o XIX. Pero todos tienen en común su capacidad de incrustarse en la mente de los más jóvenes, siendo capaces de marcar tanto como las historias que ayudan a vislumbrar.

Porque, aunque podamos no pertenecer al público al que va dirigido, eso no impide poder maravillarse ante ilustraciones tan dulces y vívidas que invocan esos sentimientos de nuestra infancia. Y siempre hay que recordar, que un libro es un amigo para toda la vida, y sus ilustraciones también nos acompañarán con ellos.

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