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«Las redes sociales son muy peligrosas porque la gente lee mucho en ellas pero, ¿con qué calidad?»

La actriz, productora y poeta que arrasa en redes y reuniones recitando sus propias poesías, Magdalena S. Blesa (Puerto Lumbreras, 1970), ofrece su visión sobre las reivindicaciones feministas, el hábito de la lectura, la crianza de los hijos y otros asuntos. «Tener cultura es ser libre», sentencia.

“Drené la herida de la muerte de mi padre con la tinta de mi bolígrafo”, admite Magdalena S. Blesa (Puerto Lumbreras, 1970). Desde entonces, dice, es poeta. De esa fase dolorosa que marcó la infancia de la autora y la de su familia salió fortalecida. Blesa es actriz, productora, cocina en su propio restaurante en el que rodó ‘Las aventuras de Moriana’, y arrasa en redes y reuniones recitando sus propias poesías. Recientemente ha publicado su cuarto libro ‘Instrucciones a mis hijos’. También lucha contra el cáncer, pero sin dedicarle más tiempo del necesario pues lo destina a escribir y a sus seres queridos. “Y si alguna vez encuentro algún obstáculo –asegura haciendo gala de una soberana entereza– lo salto”.

OtroPeriodismo.- ¿Qué le aporta la cocina?

Magdalena S. Blesa.- Todo lo que se hace en la vida aporta algo si se hace con cariño, no tiene más misterio, cocinar, amar, vivir, respirar y todo.

OP.- ¿Cree que hay receta para acabar con la crisis de valores?

MSB.- Hombre, cada uno tiene su propia receta, sus propios trucos, pero creo que todo se encierra en una sola receta: amar, amar, amar. Si se ama, no hay que hacer otra cosa, el mundo anda solo.

OP.- Usted que lo ve tan fácil, ¿Cuál cree que es el error o la carencia en la que suele caer los padres?

MSB.- Quizá, inconscientemente, se dejan demasiado tiempo solos a los hijos mientras trabajan, atienden sus necesidades de adulto, su mundo de adulto. Hay que comunicarse mucho con ellos porque todo eso va quedando y cuajando dentro de ellos, será el resultado de lo que ellos te dicen cuando son adultos. Nada cae en saco roto. Cuando vas a ver a tus hijo a la cama antes de dormir y les cuentas cosas de tu vida, crees que es algo inútil, pero algún día te lo devuelven en cariño y en muchas cosas maravillosas. Tengo un poema que se llama ‘La siesta’ que habla de cómo los hijos se van de las casas y éstas se quedan vacías, responde a esa pregunta que me acabas de hacer.

OP.- ¿Se lee poco?

MSB.- Siempre es poco. Leer es una cuestión muy importante para dejarla atrás. Considero que cada vez se educa más a los niños para que lean, volvemos a plantear que los niños están en un mundo en el que se les está inculcando muchos valores –uno los cogen, otros no–, pero creo que vamos por buen camino. Creo que a la cultura se le está dando gran importancia, la gente se está dando cuenta de que es la única salida para lograr la libertad de la persona. Tener cultura es ser libres. Todo está cada vez más enfocado a que la gente lea, sepa, y a que no nos tengan atemorizados.

Todo está cada vez más enfocado a que la gente lea, sepa, y a que no nos tengan atemorizados»

OP.- Recientemente se habla bastante de los aspectos negativos que conlleva el uso de las redes sociales. En su caso, ¿cree que le hacen un favor a la lectura?

MSB.-  Bueno, las redes sociales sirven para lo bueno y para lo malo. Las redes sociales son muy peligrosas porque la gente lee mucho en ellas pero, ¿con qué calidad? ¿qué se lee en las redes sociales? Habría que imponer un poco más leer literatura, libros recomendables. Las redes sociales son útiles para que la gente esté activa manipulando las letras, pero hay cierto peligro porque puede ser bueno o malo.

OP.- Se define a sí misma como ‘poeta de aceras y de patios’. ¿Qué le hace diferente a otros autores?

MSB.- Bueno, no me siento diferente a nadie. He tenido una vida muy dura, muy difícil y lo único que he querido desde siempre ha sido enfocar mi poesía hacia los más débiles, ser un poco su voz. Hay gente que tiene mucho que decir y que no tiene voz, querrían que se les oyera, pero no tienen posibilidades. A través de mi poesía les doy voz, digo que están aquí y existen, que vivimos en un mundo en el que no sobra nadie y yo sueño con él. Encontrarme de pronto a una persona con los ojos escarchados delante de mí es mi gran premio, no quiero medallas, no quiero cosas materiales, quiero que mi poesía le sirva de algo, de apoyo de fortaleza a quien le llegue mi poesía. De hecho está pasando así.

Hay gente que tiene mucho que decir y que no tiene voz, querrían que se les oyera, pero no tienen posibilidades. A través de mi poesía les doy voz»

OP.- Su vida ha sido dura, sin embargo, poco se sabe de ella. ¿Por qué lo fue?

MSB.- Pues mi madre tuvo que salir adelante con sus hijos tras fallecer mi padre y no fue fácil.

OP.- ¿Cómo surgió la faceta de Magdalena S. Blesa como ‘poeta online’?

MSB.- Con 19 años hice un poema, ‘La madre’, y lo recité y viralizó. Sé escribir y, sobre todo, recitar porque soy actriz, recitar es muy importante y si hay un fuerte en mí es ese. A la gente le encanta oírme recitar porque sé transmitir. La pongo en mi voz, la forma de ponerla en escena bonita, muestro lo que soy y lo que siento de una forma cercana. Me gusta mucho recitar a poca gente, hacer un corrillo y hablar de poesía, recitar poemas. Eso es realmente lo que busco y pretendo lo que pasa es que últimamente han crecido bastante, pero me gusta que la gente participe y diga lo que quiera que no se callen, que la vida es muy hermosa.

OP.- ¿Qué nos callamos?

MSB.- Nos callamos muchas cosas. Podríamos decir hermosuras. Todos los días recibo muchísimos mensajes y comentarios. No puedo decirle siempre a cada persona lo que realmente pienso, Cuando puedo lo hago, no me quiero quedarme nada dentro, es de esa persona: un “qué grande eres”, «qué voz más bonita», y tantas cosas… Cada uno debería decir a los demás en la medida que le sea posible lo que piensa de ellos en positivo, no en despectivo porque también podemos hacer daño si queremos y eso sería doloroso. La gente se vendría arriba cuando les decimos cosas bonitas.

OP.- ¿Qué obstáculos ha encontrado este difícil mundo?

MSB.- Ahora mismo no tengo ningún obstáculo. Mi destino siempre ha sido la senda del amor y cuando uno tiene un destino hay muy pocos obstáculos, y si alguna vez me encuentro alguno, lo salto.

OP.- ¿Cómo ve las reivindicaciones feministas en general y en la cultura en particular?

MSB.- Todo lo que termina en ‘–ista’ me pone mala. Soy muy mía, todos somos personas, seres humanos, deberíamos mirar más los unos por los otros. Teniendo amor nada de eso cabe, hay que dejarse de tanta insistencia, de yo soy más y tú eres menos, de que ya es hora de que yo sea y tú ya no eres… esas tonterías me ponen mala. Desde el principio de los tiempos, desde que el mundo es mundo, no deberíamos pensar en si tú eres hombre o mujer; somos seres humanos, eso es lo que yo pienso realmente de la vida.

OP.- ¿Cree que como mujer autora se espera que escriba sobre temas determinados?

MSB.- Yo escribo sobre todos los temas que tenga escribir: defiendo a la mujer, a la madre, al hombre…, defiendo a todo lo que haya que defender. Cuando hablo del cáncer, hablo del cáncer del ser humano porque lo mismo sufren ambos cuando les dicen que tienen cáncer. El cáncer de mama es horroroso, pero también es el que más se cura, por ejemplo. Hay hombres a los que se les dice que le quedan meses de vida y, ¿lo soportan porque son más fuertes? No. Siempre pienso en el ser humano y cualquier cosa la escribo en general, intentando no dañar a nadie e intentando salvar a todo el que se me pone por el camino: hombre, mujer o lo que venga.

OP.- Supongo que ha aprendido mucho del cáncer.

MSB.- Y él de mí también. Cuando me lo dijeron no tuve tiempo de pararme en ello. Tengo tres hijos, tengo que darles de comer, seguir con mi vida; no puedo pararme en esto porque no tengo tiempo. Mi tiempo ahora mismo es para seguir escribiendo, seguir labrando un mundo mejor, así que no le he dado la importancia que él hubiera querido que le diera. He luchado como he tenido que luchar. He tenido momentos muy bajos porque la enfermedad no, pero la quimioterapia a veces te deja bastante vencida. Y cuando me ha tocado estar acostada lo he hecho tranquilamente, he pensado en mi vida y también he escrito cosas que no hubiera hecho si no hubiera estado enferma.

OP.- ¿Qué le gustaría que le preguntaran?

MSB.- Mmm… ¿Qué me encantaría hacer en este mundo que sé que realmente no podré hacer?

OP.- ¿Ya lo sabe?

MSB.- Sí. Sería sentarme en una roca de una montaña con un rebaño de cabras y con Miguel Hernández al lado hablando de la vida.

OP.- ¿Y hay algo que compense eso?

MSB.- Bueno… mirar a las estrellas y leer su obra.

Maria Luisa Parra

Periodista. En twitter @MLPARRAGARCIA

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