«Ojalá nos faltase el trabajo, eso significaría que nos va bien»
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria aumentó el número de familias incapaces de pagar sus viviendas y de solucionar desperfectos. Por ello surgen iniciativas como ‘Chapuzas sin fronteras’ y ‘Todos con casa’ que ayudan a personas como Serafina, casi octogenaria que apenas puede moverse, a pintar su vivienda o a otras que no tienen un techo bajo el que dormir.
Le cuesta recordar los detalles. Dice que su salud le castiga aún más que en 2012 cuando los voluntarios de ‘Chapuzas sin fronteras’ acudieron en su auxilio. Entonces tenía mayor movilidad, aunque no la suficiente para pintar su hogar. Ahora tiene 78 años y la edad no perdona. Serafina se encuentra en silla de ruedas, vive en un cuarto piso. Sólo puede bajar y salir a la calle con la ayuda de varias personas y una máquina, es una atrapada social.
Esta vecina de Cádiz capital ha trabajado toda su vida para pagar su casa: planchaba, guisaba, cuidaba a niños… En la actualidad asegura que con 600 euros no le alcanza para sus gastos y los de su nieto que vive con ella. Es el único familiar y está desempleado. Ella fue la primera persona que se benefició del proyecto nacido en el seno de la asociación GEA (Grupo de Ecología Activa) Cádiz. Los miembros de ‘Chapuzas’ pintaron su vivienda en un solo día. Desde entonces, subraya, las paredes no han visto una brocha. “Con lo aseada que yo he sido toda mi vida”, repite Serafina en varias ocasiones durante los pocos minutos que habla con OtroPeriodismo.
Salimos de la casa de Serafina llorando cuando escuchamos su historia, es tremenda”, rememora Helena Correas, delegada de GEA en Cádiz y voluntaria de ‘Chapuzas sin fronteras’
En sus inicios el proyecto estaba dirigido a personas mayores. Junto al Ayuntamiento de la ciudad, configuraron un protocolo de actuación a partir del cual Asuntos Sociales deriva los casos de las personas que más lo necesitan. En 2016 suscribieron un nuevo acuerdo con el Consistorio gaditano y ampliando estas actuaciones a familias sin recursos. La asistenta social acompaña a miembros de la organización y visitan a los inquilinos con el fin de conocer las circunstancias y realizar una primera evaluación in situ. “Salimos de la casa de Serafina llorando cuando escuchamos su historia, es tremenda”, rememora Helena Correas, delegada de GEA en Cádiz y voluntaria del proyecto.
Antonio Núñez, ex camarero y pensionista es uno de los ‘chapuzas’ con mayor antigüedad. Le apena ayudar a personas “que no esperaba”. Siente especial sensibilidad por los hogares en los que hay mayores o niños. Este voluntario presume de “familia” porque así es como se siente en “Chapuzas sin fronteras”, pero sobre todo de una compañera: Carmencita, así la llama él, roza los 91 años “y nos tumba a todos”. En total, unos diez voluntarios trabajan a cambio de la satisfacción que supone ayudar al prójimo. Desde hace tres años unos grandes almacenes de productos de bricolaje y decoración dona los materiales que necesitan. “Pero siempre senos olvida algo en la lista y el transporte también lo pagamos nosotros”, explica Correas.
Con el mismo espíritu nacía en Jerez otra iniciativa en el 2015: ‘Todos con casa’, una inmobiliaria social que trabaja en red con otras ONG. Los miembros que la componen intentan crear un vivero de hogares con alquileres asequibles, en ningún caso superior al 30% de los ingresos de la persona o familia. Para lograrlo contactan con los propietarios de viviendas deshabitadas de Jerez y las acondicionan.
«Teníamos una pata coja, que era la de asegurar la atención o seguimiento de las familias y decidimos como asociación que teníamos que conseguir convenios y compromisos con otras entidades”, explica Victoria Sánchez promotora de la organización.
El trabajo en red ha dado sus frutos. Por un lado, ‘Todos con casa’ ha alojado en viviendas dignas a ocho familias. Por otro, ha habilitado un piso para cinco jóvenes ex tutelados de ‘Voluntarios por otro mundo’, y otra vivienda para cuatro chicos de ‘Alma de África’. Además, cuenta Sánchez, paralizaron un desahucio hasta septiembre evitando así que una chica okupa con sus dos hijos quedasen en la calle. En ese tiempo esperan encontrar una casa. Todo lo han conseguido gracias al apoyo de las trabajadoras sociales.
Esto es solo el comienzo de una ardua labor coordinada entre las entidades jerezanas y gaditanas antes mencionadas y otras como Accem e ‘Iguales en Acción’. La juventud se suma al voluntariado en las diferentes entidades con lo cual la continuidad está garantizada. En España uno de cada cinco españoles, el 22,3 % de la población, se encuentra en riesgo de pobreza y vive con menos de 8.209 euros al año. “Ojalá nos faltase el trabajo, eso significaría que nos va bien”, remacha Antonio Núñez, de ‘Chapuzas sin fronteras’.
Periodista.