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«Si tienes dinero, puedes comprar lo que quieras: una casa, un avión, un coche o un hijo»

Teresa Domínguez, miembro de Stop Vientres de Alquiler, responde a si los las personas que recurren a esta que atenta contra los derechos humanos deben sentirse malas personas o no. Cree que no existe un feminismo que lo justifique y que su regulación es España abriría la puerta al turismo reproductivo. 

No es una bruja perdida en el mundo, bromea la propia Teresa Domínguez, cuya cotidianidad en su día a día está lejos, muy lejos de la imagen retorcida que algunos sectores pretenden difundir de las feministas. Domínguez es abolicionista, y miembro de Stop Vientres de Alquiler. Su única hija, cuenta, llegó cual milagro cuando ya había tirado la toalla. Sin embargo, jamás pasó por su cabeza recurrir a la mal llamada gestación subrogada. De la mano de Rita Banerji se despertó su interés por esta forma de explotación reproductiva hace unos años. En la actualidad reconoce que la práctica de los vientres de alquiler (VDA) le afecta de forma personal y la ha convertido en una batalla personal. Lee, –su último libro ‘Las feministas queremos’, de  Isabel Mastrodoménico–, escribe para diferentes medios y ambiciona la igualdad real, pues Domínguez hace suyas las palabras de Audre Lorde: «No será una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas».

OtroPeriodismo.- ¿Los vientres de alquiler (VDA) son la alternativa moderna en España a los bebés robados?

Teresa Domínguez.- Bueno, tiene mucho en común. Los bebés robados se han dado hasta prácticamente mediados y finales de los 80. Los propios médicos, incluso los padres de esos niños, creían que estaban haciendo un bien. Esos padres se creían –o se querían creer– que esas mujeres jóvenes en vulnerabilidad entregaban a sus hijos voluntariamente. Sin embargo, la realidad que ahora estamos conociendo es que a la mayoría de esas mujeres se les retiraba, se les robaba a sus hijos directamente, solo se les informaba de que habían fallecido. Ni siquiera veían sus cuerpos. ¿Que tienen similitudes? Muchas. Es otra forma de hacerlo, pero sí, los VDA tienen muchas similitudes con los bebés robados.

OP.- ¿Qué diferencia a España de Estados Unidos, por ejemplo, donde esta práctica lleva normalizada desde mediados de 2002?

TD.- La principal diferencia es que aquí no es legal y allí sí lo es en algunos estados, en otros está restringido y en otros prohibido. Sin embargo, de nada sirve que en un país como España se prohíba cuando luego tenemos la puerta trasera. Uno de los factores principales para que las personas recurran a Estados Unidos (EEUU), por ejemplo, es que tienen la facilidad de obtener todo lo necesario para después poder llegar a su país de origen e inscribir a sus hijos. Los vientres de alquiler en EEUU cuestan cuatro veces más que en cualquier otro destino. Ahora mismo en España cualquier contrato se considera nulo y está penada la compra-venta de seres humanos. No creo que en EEUU esté normalizado. De hecho, el último recuento de la asociación contra la enfermedad en Estamos Unidos valora que en 2015 el porcentaje de vientres de alquiler en fecundación in vitro es el 3% con lo cual se demuestra que no hay una gran demanda. En EEUU se facilitan muchos las cosas porque abre sus fronteras al mercado internacional, pero no hay una demanda. Tampoco hay una gran demanda a nivel internacional. En España, tampoco existe una demanda internacional. El Gobierno data un total de 976 inscripciones de bebés de 2010 hasta 2016.

OP.- ¿En EEUU hay un gran movimiento contra los VDA?

TD.- El movimiento feminista en España es más fuerte, pero en EEUU también hay un movimiento fuerte contra los vientres de alquiler como aquí. Gracias a ese movimiento, a la fuerza de las asociaciones y plataformas abolicionistas, ahora se ha detenido el cambio de legislación que se pretendía en Nueva York, donde la mal llamada gestación subrogada era solo altruista y se pretendía cambiar a comercial. No podemos decir que los VDA son una demanda internacional de la que los organismos internacionales tienen que preocuparse y favorecer para que se legalice en el mundo entero. No. Es una demanda minoritaria de personas del capitalismo exacerbado; es una demanda de países ricos, frente a una oferta de los países pobres; es una demanda de personas que pueden permitirse comprarse sus hijos, frente a la oferta de mujeres vulnerables que no tienen más remedio que poner en venta o en alquiler sus úteros.

Aproximadamente, un 60% de los demandantes son parejas heterosexuales, un 30% de la demanda es de parejas homosexuales y un 10% de hombres solteros. El 90% de la demanda es de países ricos hacia países pobres»

OP.- Ciertas personas que recurren a los VDA se escudan en que la adopción en nuestro país es un proceso lento y casi imposible de efectuar. Según usted, ¿cuánto de verdad tiene tal afirmación?

TD.- Primero tenemos que ver una panorámica mundial de los VDA. Aproximadamente, un 60% de los demandantes son parejas heterosexuales, un 30% de la demanda es de parejas homosexuales y un 10% de hombres solteros. El 90% de la demanda es de países ricos hacia países pobres. Hablando de las adopciones tenemos que hablar también de datos: de hace una década para acá –en la que han aumentado los vientres de alquiler– el tema de la adopción ha bajado en picado, un 70% a nivel mundial y en España en concreto ha descendido las adopciones un 90%, de 5.500 a 500 adopciones. Algo está pasando. Es verdad que hay dificultades, se tarda muchísimo en adoptar, ponen muchísimas pegas, pero nos tenemos que preguntar: ¿es sencillo recurrir a los VDA? También necesita su tiempo. No encargas un niño y lo tienes al día siguiente, requiere como mínimo un par de años. Los procesos de adopción son complejos, nadie dice que no. De hecho el Gobierno, ha aprobado una instrucción en la que se va a facilitar el proceso de adopción de niños a nivel nacional e internacional. Cuando una persona adopta a un niño está tratando de darle una familia, de reparar un daño que ese niño tiene. Sin embargo, en los VDA es todo lo contrario. Cuando tú intentas adoptar se analiza si la pareja es idónea para el niño o para la niña, para reparar el daño de un niño que ha sido abandonado, de un niño al que le han fallecido sus padres… En el caso de los vientres de alquiler es todo lo contrario, las únicas especificaciones que se exigen son a la madre gestante. En las adopciones las especificaciones son todas para los padres que quieren adoptar. Lo que tenemos que ver es qué queremos conseguir a través de la adopción y a través de los vientres de alquiler.

OP.- El Parlamento Europeo condena esta práctica por considerar que “socava la dignidad humana de la mujer”. Cómo es posible que en España se plantee su regularización? ¿Cree que puede llegar a ser regularizada a pesar de lo que dice este organismo?

TD.- El Parlamento europeo hasta ahora ha sido tajante. El documento que mencionas es vinculante para los países europeos de 2015 a 2019. De hecho en 2016 añadió a su convenio de trata humana la gestación subrogada con fines comerciales, como otro tipo de explotación igual que la prostitución o la trata. La tendencia es que no se apruebe. La mayoría de los países europeos está en contra. En el caso de España solo un partido a presentado una proposición de ley favorable a la gestación subrogada altruista, pero ésta no deja de ser un eufemismo. No existe altruismo real, todas las mujeres, todas sin excepción son compensadas. Y, luego, la industria no es precisamente altruista: los intermediarios, las clínicas, los abogados, ganan mucho dinero con este tema. Cualquier proposición de regulación de gestación por sustitución solo abriría la puerta al turismo reproductivo. Tenemos los casos de Reino Unido y Canadá (donde es legal la gestación subrogada altruista) de donde se marchan a otros países porque no hay suficientes mujeres voluntarias. De ser aprobada esa proposición, te podrías traer a España mujeres de fuera o irte al país que quieras y contratar a una mujer, no tendrías problemas para inscribir al niño.

OP.- ¿Cómo se debería actuar con los ciudadanos y ciudadanas que recurren fuera de España a los vientres de alquiler? ¿Habría que tomar algún tipo de represalias?

TD.- Yo estoy de parte de los países europeos que son favorables a la prohibición y, además, a la penalización.

OP.- ¿Dejando venir a esos niños y niñas o no?  

TD.- La pregunta es muy buena porque, precisamente, los padres de intención apelan al bien superior del menor que se ve atrapado en un limbo. Pero se ven atrapado en un limbo cuando acuden a países ‘low cost’ como Ucrania, Georgia, la India. Regular para evitar abusos es una falacia y también un eufemismo. Si estamos preocupados por los derechos humanos, ¿por qué acudimos a esos países a contratar a mujeres que son vulnerables? Por otro lado, si acudimos a EEUU es porque tenemos dinero como Cristiano Ronaldo, como Miguel Bosé… Ellos no se complican. En la sociedad capitalista no hay ningún problema, el neoliberalismo te da libertad absoluta. Si tienes dinero te puedes comprar lo que quieras: una casa un avión un coche o un hijo. En los estados que lo permiten, antes de que la mujer esté embarazada ya tiene un contrato en el que la ésta renuncia antes de dar a luz a la filiación. La misma relatora de las Naciones Unidas define lo que sucede en California de “venta de niños”. EEUU es el único país que no ha ratificado el convenio por los derechos de los niños, ni por los derechos de la mujer, ni por los derechos de los migrantes, etc.

OP.- Entonces, ¿Cuál sería la solución?

TD.- La abolición internacional. El contexto de los VDA no se pueden analizar en España solo y únicamente, se tiene que analizar en el contexto global. Los vientres de alquiler, la maternidad subrogada, la maternidad por sustitución, no es más ni menos que explotación reproductiva y mercantilización humana.

Si acudimos a EEUU es porque tenemos dinero como Cristiano Ronaldo, como Miguel Bosé… Ellos no se complican»

OP.- Por tanto, mientras exista en otro país, podemos recurrir a ella.

TD.- Efectivamente. En España el contrato de alquiler de vientre es nulo. El catedrático de Derecho Constitucional, Octavio Salazar, dice que no son suficientes las leyes que tenemos en España, no solo basta con decir que es un contrato comercial nulo de pleno derecho. No solo basta con penalizar en España que tú compres o vendas a un menor. La única manera de evitar este negocio, al menos a nivel estatal, sería con la previsión legal de que en ningún caso los menores nacidos en el extranjero mediante este procedimiento, fueran inscritos en el Registro civil. Es necesario prohibir la entrada de menores, así acabas con el problema de un plumazo.

OP.- ¿Cree usted que las parejas o las personas que deciden contratar estos servicios son conscientes de que atacan los derechos humanos?

TD.- Digo como con los bebés robados: los médicos, e incluso las parejas, tienen muy buena intención. Yo puedo comprender que cualquier ser humano quiera formar una familia, tener hijos, pero hay algo de lo que no podemos escapar: la biología. Las mujeres parimos porque tenemos útero y ahí lo dejo. Todo lo que hagas después de eso para conseguir un hijo a través de un tercero es mercantilización, es explotación reproductiva.

OP.- ¿Deben sentirse malas personas?

TD.- No voy a entrar a valorar en cómo deben sentirse o no. Creo que cada uno tiene su escala de valores. Particularmente yo, como mujer con problemas para gestar, podría pensar podría pensar en recurrir a una mujer que lo haga por mí, pero yo no sería capaz, y mucho menos a una amiga o a una hermana. Se banaliza muchísimo un embarazo, a pesar de que es una situación biológica en la que el cuerpo se pone en una situación extrema. En los procesos de los viVDA no solo tenemos que pensar en el embarazo. Empezamos con la donación de óvulos, la elección a la carta de la donante de óvulos. Como dice el filósofo Jürgen Habermas, tendemos a una sociedad de eugenesia (aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana) liberal, voluntaria, de las sociedades totalitarias, sino que afecta voluntariamente la selección de seres humanos: queremos niños guapos, rubios, sin enfermedades, fuertes y descartamos a los que no lo son.

 OP.- No sé cómo plantearle esta pregunta exactamente, es un ejercicio de ficción, una distopía más bien: si en lugar de una mujer el ser humano inventa una incubadora un “horno” que sustituya a las mujeres, ¿cree que sería suficiente para poner fin a la polémica?

TD.- Bueno, lo que mencionas no es una distopía, se llama ectogénesis (gestar bebés en úteros artificiales). Un equipo de científicos de Suecia lleva años trabajando en ello, se está practicando con úteros artificiales y ya se ha dado a luz a corderos. Se les extrae del útero a las 27 ó 28 semanas, se les mete en una bolsa con líquido amniótico y han nacido. Es una realidad. EEUU ya ha pedido permiso para experimentar con seres humanos. ¿Qué nos depara el siglo XXI? No lo sé, pero para eso están los Comités de Bioética, para poner freno a este tipo de hechos. La ciencia no puede avalar todo lo que el ser humano pretenda hacer. En este caso, ¿Sería  ético que nacieran niños en úteros artificiales? Estamos vulnerando los derechos de los menores, no solo ya los de las mujeres, de las madres –que también–, el derecho de filiación, a conocer su origen, al vínculo materno-filial, la mujer influye en su bebé aunque el óvulo sea donado, se llama epigenética.

OP.- Usted no es partidaria.

TD.- Me parece maravilloso que la tecnología nos ayude a la vida, se use para que niños prematuros puedan sobrevivir gracias a un útero artificial. Pero desde el minuto cero, no lo sé, tengo mis dudas. Tendemos al transhumanismo, a la deshumanización absoluta del ser humano. ¿Es eso lo que queremos para nuestra sociedad, para la humanidad? A lo mejor sí.

OP.- Al igual que sucede con la prostitución, se oyen consignas a favor de los VDA del tipo ‘la mujer es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera’. En breves palabras: ¿cómo les responde?

TD.- Nosotras las feministas somos las que de verdad pensamos que la mujer tiene que ser libre y que sus derechos sexuales y reproductivos tienen que ser respetados. Respetar los derechos reproductivos significa que yo pueda ser madre cuando yo quiera, no parir para un tercero. Mis derechos sexuales son para que yo pueda mantener relaciones con quien yo quiera, como yo quiera y proceder a la interrupción de un embarazo si yo lo considero, sin que las leyes me tengan que decir lo que tengo o no tengo que hacer. Hablar de los VDA no es hablar de libertad. Cuando firmas un contrato, precisamente en la libertad de firmarlo, estás renunciando a tu propia libertad, a la libertad de movimiento, de comer, beber, fumar, consentir compartir tus datos médico, a mantener relaciones sexuales, a tu derecho al aborto, que por supuesto sí tienen los padres intencionales. Es curioso como países donde el aborto está prohibido solo se permite legalmente con los vientres de alquiler. Algunos estados de EEUU tienen el aborto completamente prohibido o que permiten que niñas menores se casen y, sin embargo, permiten los VDA y el aborto selectivo, es decir que si le implantan a una mujer tres embriones y quieren niño y niña, uno de ellos va fuera. Eliminan tu derecho a la revocabilidad, a arrepentirte. Por eso aquí no les convienen, no les interesan leyes como las de Reino Unido en las que la mujer gestante tiene el derecho sobre el bebé.

No niego que pueda haber algún caso aislado de personas que pudieran querer ayudar a un familiar o amigo, pero esos casos son verdaderamente marginales»

OP.- ¿Qué le diría usted a las mujeres que enarbolan la bandera del feminismo y se muestran a favor de los vientres de alquiler?

TD.- Pues que no existe el feminismo liberal, eso es un concepto que se han inventado para quedar bien. El feminismo nunca puede ser individualista, el feminismo lucha por los derechos de los colectivos, en especial de los más vulnerables.  Sheela Sarabahan dice que el feminismo transnacional lucha por la justicia, en este caso de los vientres de alquiler por la justicia reproductiva. 

OP.-¿Considera posible y ética la práctica entre familiares en un acto altruista y familiar?

TD.- Francamente no, no niego que pueda haber algún caso aislado de personas que pudieran querer ayudar a un familiar o amigo, pero esos casos son verdaderamente marginales. Además, incluso si se trata de familiares, nadie puede garantizar que no exista ningún tipo de presión que obligue a una mujer a ser madre de alquiler: una madre que se sienta obligada porque un hijo se lo pide, la hermana menor de una pareja, soltera y sin trabajo, que lo haga por necesidad, y sea compensada en B… Aunque la verdad es que debemos preguntarnos si es ético empujar a una persona a pasar por un proceso biológico de esas características con el fin de que entregue el hijo que lleva dentro, ¿hacia qué clase de sociedad nos dirigimos?

Además, es curioso que siempre se pida la abnegación y altruismo, una hipocresía terminológica, de la madre, cuando en el proceso, todos intermediarios hacen negocio con la explotación reproductiva y mercantilización humana. De cualquier forma, no existe ni un solo país con regulación altruista que no compense “gastos” a la madre. El tema gastos es muy amplio. La idea de que eliminando el pago a las madres se reduce la explotación, es tan estúpida como los argumentos de algunos medios e intermediarios, no sorprende entonces, como países como La India, Camboya, Nigeria, México, etc… todos ellos con legislaciones más laxas, y altos niveles de pobreza, hayan absorbido esta demanda. Y hoy por hoy se haya trasladado la demanda a países donde no está ni prohibido, ni regulado, como Nigeria, Kenya, Centroáfrica, Laos, cuyos principales clientes son europeos y norte-americanos.

Por no mencionar esos países que retuercen la legalidad hasta el punto de mover a mujeres de un país a otro, se contrata a un intermediario que facilita la infraestructura; óvulos de californiana (las caucásicas, rubias con ojos azules están muy demandadas) las mujeres ucranianas, (o de otra nacionalidad) que desarrollan el embarazo en su país y son trasladadas a la República Checa, Georgia o Grecia… los últimos meses de embarazo conde dará a luz, en un país que lo permite, o no tiene una legislación fuerte que lo prohíba.

Además, países como Reino Unido, Canadá, y estados norteamericanos tradicionalmente «altruistas», como Nueva York, ya debaten o legislan, nuevos proyectos de ley que permitirían una versión abiertamente comercial de la maternidad subrogada por la falta de mujeres voluntarias y las complicaciones legales de otros países. 

OP.- ¿Cuál es su mayor ambición (en el sentido más amplio)?

TD.- Es la de mi plataforma Stop Vientres de Alquiler. Desde hace unos años, junto con mis compañeras Ana Trejo, Vanesa Pujades e Inma guillen, la plataforma lucha por divulgar la realidad de esta práctica. Tenemos una comunidad de unos 19.000 usuarios que cada día está más despiertos y necesitan información fidedigna. Mi ambición es la abolición a nivel internacional. Y en el plano personal es la igualdad, la igualdad de verdad porque, como dice Audre Lorde, «No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas», y en el mundo, hoy por hoy, hay muchos países donde la desigualdad es patente, y en los países donde hay igualdad legal tampoco hay una igualdad patente.

Maria Luisa Parra

Periodista. En twitter @MLPARRAGARCIA