Reportajes

«Nunca he confesado mi homosexualidad a nadie»

Laura y María forman parte de esos jóvenes que en algún momento no se han atrevido a confesar su verdadera orientación sexual. El miedo a una reacción no deseada por parte de su entorno más cercano es el motivo, lo que puede generar graves problemas sentimentales como ansiedad, depresión o consumo de alcohol y drogas. 

El 28 de junio se conmemora la revuelta de Stonewall (Nueva York, Estados Unidos) de 1969. Marcó el inicio del movimiento de liberación homosexual. Aunque, a día de hoy se ha modernizado y ampliado añadiendo otras realidades hasta el momento también silenciadas. 

Según el profesor de Historia de la Universidad de Yale George Chauncey en su obra Gay New York, la expresión “salir del armario” no aparece en la literatura homosexual hasta 1960. El concepto de “armario” ha evolucionado hasta la actualidad, haciendo alusión a la cárcel y al propio, proceso de descubrimiento personal. 

El principal obstáculo que Laura –nombre ficticio, para preservar el anonimato– encontraba a la hora de “salir del armario” eran sus padres. A los 18 comenzó a salir con un chico hasta que empezó a chatear con una chica. Poco a poco fue descubriendo que no quería ser su amiga y que sentía algo más. 

En un principio, el único problema de la relación era la distancia. Al mes de estar saliendo, la madre le preguntaba con quien hablaba tanto por teléfono y acabó confesándole su homosexualidad. Entonces sus padres quedaron en shock y Laura quedó decepcionada por la reacción y la falta de apoyo. 

Durante muchos años, Laura ha discutido varias veces con ellos. Tenía que escuchar que “además de feminista también es lesbiana”. Ambos progenitores mantenían que “casi todas las feministas son lesbianas”.  También la acusaban de mantener relaciones con mujeres debido a la mala experiencia con los hombres, haciendo referencias a ciertos abusos que sufrió de pequeña. Eso es lo que más le ha dolido a la joven que ahora tiene 20 años.

En la actualidad,tres años después de salir del armario, la mentalidad de sus padres ha cambiado poco a poco mediante información que Laura les ha ido enseñando hasta conseguir poder hablar libremente con ellos sobre su pareja actual. Laura se considera bisexual y, aclara que esto no tiene porque significar que te gusten un 50% mujeres y un 50% hombres, simplemente es que te atraen ambos sexos en magnitudes distintas.Finalmente, la joven disfruta con total plenitud su bisexualidad y manifiesta su felicidad por ello.

Otro caso bien distinto, es el de María (1998), nombre también ficticio. Para sus familiares, el futuro de la mujer debe ser al lado de un hombre con el fin de formar una familia. Además, siempre ha tenido que aguantar un trato discriminatorio en relación con el de su hermano por el hecho de ser la chica.

Un día, la joven de 21 años, descubrió que le atraían más las mujeres que los hombres, sin embargo, admite “nunca he confesado mi homosexualidad a alguien”. Según María, prefiere mantener ese aspecto de su vida oculto a la sociedad y a su familia por miedo a ser excluida. 

Aunque, las historias de ambas son diferentes, sí coinciden en una cosa: la celebración del Día del Orgullo. Todos los años asisten a la manifestación del colectivo LGTB de sus respectivas ciudades. Un día creado para poder expresar libremente la sexualidad en un círculo de confort.

No estáis sol@s

Para quienes tienen orientaciones sexuales no heteronormativas es difícil desarrollarse como personas en la sociedad por el temor a la exclusión. Ello, puede derivar en graves problemas psicológicos como depresión, ansiedad, agresividad, aislamiento o consumo excesivo de alcohol y drogas. Además, no siempre es fácil encontrar a alguien a quien poder pedir ayuda, ya que no sabemos bien cómo puede reaccionar. 

Por suerte, hay entidades y voluntarios que se encargan de dar apoyo emocional y herramientas a todas las personas con este tipo de problemas como es el caso de la JereLesGay y la Asociación Lambda de San Fernando (Cádiz). 

Recientemente el grupo Joven de JeresLesGay, por su parte, ha publicado un vídeo con el fin de contar la labor que realizan y todo lo que se pueden llegar a hacer por el colectivo LGTBI. 

Desde Lambda aseguran que la gran mayoría de veces son los propios padres de los jóvenes los que de manera voluntaria piden información o ayuda en las asociaciones para tratar a sus hijos. 

Esta asociación, al igual que otras, tiene como principal herramienta el acompañamiento a los jóvenes con el fin de que nunca se sientan solos y, de ser necesario, los derivan a otras entidades como el Cruz Roja o los servicios sociales.

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