«Siempre pido a los Reyes mucha salud y fuerza para seguir adelante»
Lucrecia y Myriam, dos residentes del Hogar Siloé de Jerez, cuentan lo especial que son estas fechas para ellas. Todo ello a pesar de tener VIH-SIDA, vivir lejos de sus seres queridos, y gracias al gran trabajo de monitores y voluntarios.
Lucrecia Romero espera una Navidad más con tremenda ilusión la llegada del Rey Gaspar. Aunque se presenta sin sus otras dos Majestades, sí lo hace acompañado de una amplia una corte de pajes y ayudantes. “El año pasado en una gran carroza con forma de calabaza”, recuerda.
Con apenas 29 años fue diagnosticada de VIH-SIDA. Entonces le informaron de que ya era tarde. Había perdido un tiempo precioso para frenar el avance de la enfermedad. Hasta entonces trabajaba de camarera pero dada la consiguiente falta de tratamiento, el deterioro tuvo lugar rápido. Desde hace una década forma parte de la gran familia del Hogar Siloé de Jerez. Esta asociación atiende a personas afectadas por esta enfermedad en riesgo de exclusión social.
A sus 48 años, esta vallisoletana, lejos de lo que se pueda imaginar, vive feliz esta época del año. “La Navidad aquí me hace mucha ilusión, como si fuera una niña”, asegura con los ojos brillantes. Como ella misma explica, gracias al esfuerzo y al trabajo del equipo de monitores, y de «voluntarios maravillosos», disfrutan de un gran ambiente navideño, con talleres, zambomba y cenas especiales. Obviamente, echa en falta a sus familiares con quienes contacta regularmente mediante videollamada. Ventajas de las nuevas tecnologías que, en casos como el suyo, resultan útiles para estrechar lazos.
Al igual que ella, Myriam Alexandra Labarca, de origen chileno, afincada en Madrid desde los 90, disfruta de estas fiestas especiales en el Hogar Siloé a sus 64 años. Hace dos años supo que tenía VIH-Sida. Desde entonces fue rechazada en diferentes centros de la comunidad madrileña. “Lo pasé muy mal tocando puertas y todas me decían que no podían admitirme por mi enfermedad. Aquí llegué y nadie me preguntó nada”.
Lo pasé muy mal tocando puertas y todas me decían que no podían admitirme por mi enfermedad. Aquí llegué y nadie me preguntó nada”
No resulta exagerado afirmar que Labarca descubrió la magia propia de estas fechas en Siloé. “La Navidad fue una sorpresa para mí, es súper emocionante”, cuenta con toda la fuerza de la que es capaz. Tras una vida compleja y algo apartada, por primera vez se llevó un alfajor a la boca. Aunque sin duda, cual niña, lo que más expectativas le generan son los regalos.
Cada uno de los usuarios escribe su carta a Los Reyes Magos que el Rey Gaspar suele concederles. “A mí me entregó una vez las llaves de mi habitación que había perdido” rememora Myriam”. Su Majestad entrega los presentes uno a uno con una rima cargada de sorna y cariño, un pequeño guiño que demuestra cómo están pendientes de cada uno de los residentes todo el año: “A mí me dijo un año que era la más sabia y otro que era una mandona porque mando mucho”, se jacta Lucrecia. Y puntualiza: “A los Reyes les pido siempre mucha salud y fuerza para seguir adelante porque unos días los llevo mejor que otros”, evidenciando la realidad de su situación.
Periodista.