Un exiliado español vuelve a casa y relata foto a foto la inmigración en su propia tierra
José Luis Lozano se exilió en Francia durante siete años. Allí fue diana de la xenofobia. Ahora, ya de nuevo en Jerez, su ciudad natal, capta el proceso migratorio en imágenes. El objetivo es recopilarlas en un libro para colaborar con asociaciones que ayudan a migrantes y refugiados.
La difusión de falsos bulos, el desamparo de jóvenes migrantes que cumplen la mayoría de edad en este país y aumento de la falta de pudor a la hora de manifestar argumentos xenófobos y racistas, son varios ejemplos de la problemática que rodea el fenómeno de la migración. Hombres, mujeres adolescentes, niños y niñas aterrizan en ciudades como Jerez que puede llegar convertirse en tierra hostil.
El fotógrafo jerezano, José Luis Lozano (1989), ha realizado un trabajo gráfico ‘Un relato sobre la inmigración en Jerez’. El proyecto surge como herramienta de inclusión social y con la intención de hacer visible a la sociedad en general, no solo a la de Jerez, los problemas de la migración.
[Siete años en Francia] Lo define como un “exilio de guerra económica, de pobres, sin el mismo grado de dificultad, ni problemática, pero en cierta medida se parece un poco”
Esta experiencia vital y su recopilación en fotografías serán editadas en un libro con la colaboración de las personas y entidades que deseen apoyarlo. Los fondos recaudados serán destinados a asociaciones que trabajan con migrantes a las cuales resulte útil como soporte pedagógico o bien sufragar para lograr recursos.
Lozano, galardonado en 2009 por Cruz Roja, reconoce que ha sido víctima de xenofobia siendo europeo exiliado en un país también europeo. Esa es una de las razones de peso que le han impulsado a llevar a cabo esta iniciativa. “Estudié enfermería y estuve exiliado en Francia durante siete años. El mío, no tiene nada que ver con el exilio de los africanos o de quienes huyen de países en guerra”. Lo define como un “exilio de guerra económica, de pobres, sin el mismo grado de dificultad, ni problemática, pero en cierta medida se parece un poco”.
Para lograr captar momentos íntimos, resultó imprescindible alcanzar cierta confianza con las personas migrantes protagonistas de las fotografías. “Es un trabajo que sale poco a poco para evitar que se sientan intimidadas y que sepan que no los vas a traicionar”. Por ética, se muestra tremendamente respetuoso con ellos, mostrándoles las fotografías antes darles difusión.
Me da coraje que no haya dinero ni recursos para los migrantes, para proyectos como el mío, que sean los grandes olvidados, que haya un gran silencio y se mire para otro lado”
En las jornadas de acompañamiento ha contado con una lista de emociones que le albergaron durante su exilio en Francia, como la soledad. De ahí que, a la hora de disparar con su cámara quiso recoger ese sentimiento que ha revivido en un partido de fútbol, una fiesta o, simplemente, hablando con la trabajadora social.
En este tiempo, a Lozano le ha marcado especialmente los problemas sociales de un joven migrante okupa, en paro, con una discapacidad, y con drogas de por medio en su entorno. “Pasar un día con él fue lo más duro que yo podría contar. Al final acabas haciéndote amigo de ellos, con invitaciones recíprocas de comidas, ayudándoles a buscar curro…”.
Lamenta que aún quede un enorme trabajo por hacer a nivel social. “Me da coraje que no haya dinero ni recursos para los migrantes, para proyectos como el mío, que sean los grandes olvidados, que haya un gran silencio y se mire para otro lado”, sentencia el fotógrafo, José Luis Lozano.
Periodista.
Jose Luis tiene toda la razón. Exiliados económicos maltratados en Europa, yo lo he vivido en Irlanda, Bélgica y en mi propio país también, en Galicia. Cuando quieras Jose Luis, quedamos e intentamos llegar a algo (consiento a la redacción a compartir mis datos de contacto con Jose Luis. Saludos
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