Voluntarios, el gran tesoro de una asociación: «Darle algo de ti a alguien, no tiene precio»
Unas 70 personas trabajan de forma altruista en la asociación Justicia por la Sanidad. Venden merchandising, hacen socios, distribuyen carteles, organizan concentraciones… son los pies, las manos y las voces que dan cuerpo al proyecto liderado por el doctor Jesús Candel, Spiriman. De una u otra forma cada uno de ellos lucha por el mismo objetivo: lograr un sistema sanitario público digno para Andalucía.
Aleccionaba a mujeres para que asistieran a parturientas en Nicaragua y adelantó su retorno a España. A sus oídos llegó la eclosión de una organización en Granada (España) que reivindicaba la recuperación de un servicio sanitario público digno. Su nombre es María José Aguilar, granadina de 61 años, ex matrona de profesión que ha dedicado gran parte de su vida a trabajar en la sanidad hasta que una artritis reumatoide le impidió desempeñar su labor.
“Sufro en mis carnes el régimen sanitario que tenemos”, así que, sin dudarlo, ha invertido su tiempo, lo más valioso que posee el ser humano, en la asociación Justicia por la Sanidad. Desde ahí lucha por revertir esa situación. Ella como el resto de este ‘ejército’ altruista rara vez aparecen en los medios de comunicación. Sin embargo, son las patitas que sostienen el proyecto encabezado por el presidente de la asociación, Jesús Candel, el mediático Spiriman.
Varios días a la semana se desplaza en su coche para propagar el mensaje de la organización y hacer socios. Todo ello gracias a la colaboración de establecimientos privados que ceden su espacio —herbolarios, agencias de viajes…—. Lejos de mostrar cansancio, poco a poco el número de tareas que asume es mayor, directamente proporcional al crecimiento de la asociación. “Me voy en mi coche y me pago mi desayuno, como todos». «Antes teníamos una sanidad completa, total y más rápida; hasta que no estabas bien no te mandaban a casa, ahora te derivan y te vuelven a derivar. Ves con auténtico pavor como los enfermos están mal atendidos», lamenta la ex matrona.
Según María José, voluntaria también en otra ONG, serlo es poner a disposición de la causa determinada tu tiempo «y lo que haga falta». «A nivel personal me aporta una tremenda satisfacción. El voluntariado llena tu vida. Darle algo de ti a alguien, no tiene precio».
La responsable de coordinar a todos se llama Elena. Media entre los negocios y el equipo de voluntarios que hace socios y vende merchandising, como al resto a los que participan en la organización de eventos o colocan carteles. En total a un más de medio centenar de voluntarios.El doctor Candel despierta las conciencias, vapulea a los responsables de la putrefacción de la sanidad. Mientras, mujeres como María José no permanecen a la espera de que todo cambie, sino que son en parte responsables de forma casi anónima del despertar ciudadano que inspira este movimiento.
Una familia entera forma parte del núcleo sólido de sus voluntarios. “Jesús nos gustó porque lucha por algo que toda la gente necesita, sin tener nada que ver con ideologías políticas. Además, cuando supimos que el médico que había salvado la vida de mi prima le apoyaba, dijimos: tenemos que hacer algo. Para nosotros era un dios, un héroe, y ahora también lo es Jesús”, narra con la voz resquebrajada Raquel. Hoy por hoy, ella es una de las responsables de la logística. Sus padres venden los billetes de autobús de las salidas organizadas, guían y asisten a las personas en los diferentes actos y recogen firmas.
En la era de las redes sociales, el papel de Inma resulta fundamental. Esta voluntaria incondicional y desinteresada, historiadora en paro de 49 años, es uno de los pilares de la asociación. El ‘Gran Hermano’ que todo lo ve. Durante jornadas de hasta catorce horas modera el grupo de Facebook, organiza a seguidores y detractores de la causa en el grupo cerrado oficial de JPS. Una tarea peliaguda teniendo en cuenta que en la actualidad interactúan más de 64.000 miembros y no deja de crecer. “Soy una figura opaca en este lío”, dice con sorna.
Esta activista, durante años muchos años involucrada en temas sociales, descubrió la figura de Spiriman y fue consciente de que «solemos obviar el panorama de la sanidad por egoísmo”. Y se implicó de lleno en la misión destinando su ofrenda más valiosa: su tiempo, algo que no se recupera jamás. María José, Raquel e Inma, tres joyas de las que se vale Justicia por la Sanidad, coinciden en que merece la pena invertir el tiempo en pelear desde una u otra trinchera por el fin que persigue la asociación, pues una sanidad pública digna beneficia a todos, es un derecho y no deben permitir que la mancillen.
A todos los voluntarios, muy especialmente a quienes conforman el incalculable tesoro de la asociación Justicia por la Sanidad: Francisco Martos, Mª Teresa Jiménez, Mª Ángeles Fernández, Miguel Muñoz, Manuel de la Higuera, Manuel Calvente, Sonia Camacho, Mª José Alférez, Manuel Alcarria, Marita Velasco, Luis Leyva Loro, Jeny Ochoa, Trini Cortés, Begoña Gamarra, Mariló Monis, Estrella Montaza, Maria Caballero, Pilar Caña, Luis Francisco Martínez, Teresa Rodríguez, Belén Escudero, Carmen Frías, Urbano Vallecinos, Mariló López, Lola Cantón, Maria del Mar Fernández, Manuel Orihuela, Iluminada, Patricia Armenteros, Margarita Costa, Juan Armenteros, Pilar Romero, Antonia Roca, Elisa Martínez, Mª Dolores Lorca, Manuel Roldán, Rocio Vega, Mª Carmen Bolívar , Ulla Mora, Mª José González, David Morales, Mª José Garrido, Isabel Álvarez, Teresa Salas, Sergio Arjona, Andres Bolívar, José Luis Bolívar, Natalia Granamar, Jose Luis Pérez, Luis Begoña, Ángel González, María Chica, Carlos García, Margarita Bolívar, Mª Carmen Martínez, Mª Carmen Martínez C., José Antonio Izquierdo, Mª Carmen Cienfuegos, Mª Carmen Martín, Julio Olivera, Carmen, Inma, María José, Isa, Maribel, Juani, Javier, Silvia, Mari Ángeles, Salvador, Chari, Ana, Bea, Maribel.
Periodista.
GRACIAS A TODAS ESAS PERSONAS NOMBRADAS ANTERIORMENTE OS HACEN A VOSOTR@S MAS GRANDES SI ESO ES POSIBLE!!!! Y A NOSOTROS UN POCO MAS HUMANOS