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Mari, madre de un joven homosexual: «Escuchas las noticias y te cagas»

En 2016 aumentaron un 36,1% los delitos de odio relacionados con la orientación sexual e identidad de género con respecto a 2015. El hijo de María Josefa es gay y no ha sido víctima de ninguna de ellas, aunque el temor siempre está ahí: «Da coraje que no puedan ir por la calle como cualquier persona”.

Desde que lo llevaba en el vientre presentía que ese hijo, el cuarto, era especial… María Josefa Roda, Mari, como le gusta que la llamen, se lo comentaba a los suyos, aunque no sabe aún explicar por qué. Ahora casi en el ecuador de los cincuenta, sabe desde hace varios años que su intuición no le había fallado. Sergio Sánchez, que hoy tiene 21 años, es homosexual.

A diferencia de muchas otras personas de los colectivos LGTBI, Mari al igual que el resto de su familia han vivido con normalidad esta circunstancia. Con la elocuencia y naturalidad de una mujer humilde y trabajadora lo expresa a su manera: “Dicen que los maricones tiran más para las madres, no sé si es así, lo de maricón no es despectivo, es gay en español”, aclara. “No le gustaba el fútbol, tenía algún amigo, pero, sobre todo, amigas… Desde los 4 ó 5 años decíamos: este niño…”. Nunca, jamás, en ningún caso, intentaron cambiar sus conductas ni se burlaron de él.

Desde los 7 años esta madre ya le preguntaba si le gustaban los niños. Su único afán era que hacerle saber que no estaba solo. Siempre obtuvo un ‘no’ por respuesta. Aunque era un secreto a voces en la familia, Sergio reunió las fuerzas para salir del armario a los 17 años. “Quería ser yo quien lo contase, y a mi madre antes que a nadie”. “Él decía temía que cambiásemos con él”, apostilla Mari.

Cuando se lo contó al padre la reacción de éste fue otro cantar. “Me preguntó: ¿pero eso se puede curar, no?”. Su exmujer le justifica porque “es un poco cerrado y machista”, dice, pero no lo discrimina, aunque Sergio discrepa porque obvia el asunto. Afortunadamente, el comentario no pasó de ahí. En España, donde la criminalización de la homosexualidad es historia desde hace décadas, aún no están expresamente prohibidas las técnicas que ofertan ciertas organizaciones para revertir la homosexualidad.

Sergio se define como creyente no católico. “No puedo pertenecer a una institución que me quiere echar a patadas”. En su barrio en el que el vecindario le conoce desde que nació aún hay quien no lo sabe, aunque solo lo ha ocultado a algún jefe conservador por una razón muy sencilla: “prefería mantener el trabajo”.

Dentro de esa normalidad, también se incluye el miedo como madre a que salga y puedan insultarle o hacerle daño. Mari recuerda con todo lujo de detalles como al principio temía que le tendiesen una trampa cuando quedaba con alguien. Todavía hoy lo tiene: “Escuchas una noticia y te cagas. Da coraje que no puedan ir por la calle como cualquier persona”, espeta esta mujer que una vez defendió en una parada de autobús a una pareja de lesbianas a la que increpaba una señora mayor. Sergio admite que tiene algo de miedo. “Vivimos en una sociedad machista, homófoba y muy clasista. Ves agresiones… y, claro, las noticias se te quedan. En San Fernando —su localidad— le pegaron a un chaval que estaba bailando, solo porque tenía pluma”.

Sergio se define como creyente no católico: “No puedo pertenecer a una institución que me quiere echar a patadas”.

En 2016 los delitos de odio relacionados con la orientación sexual e identidad de género aumentaron un 36,1% con respecto a 2015. Cataluña se encuentra a la cabeza con 282 casos, seguida de Madrid (171) y Andalucía(152). En cuanto a los delitos por homofobia o transfobia, Andalucía ocupa un tercer lugar con 30 casos: Cádiz (9), Sevilla (8) y Málaga (6). Y esto sólo son los casos oficialmente registrados.

Antes este joven consideraba innecesaria la celebración del Día del Orgullo, pues pensaba que todo el camino estaba andado. Ahora, sin embargo, con la madurez y el contacto directo con personas de este colectivo que sí sufren discriminación dentro y fuera de sus casas, cree que es muy necesario para que la LGTBIfobia cese e impere el respeto a la diversidad.

Maria Luisa Parra

Periodista. En twitter @MLPARRAGARCIA

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