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‘Retraso Humanitario’

Querido lector:

Le escribo este artículo de opinión para hacerle llegar mi preocupación sobre una epidemia que está asolando al mundo, y quería asegurarme de que haya salido incólume, aunque puede que haya llegado demasiado tarde. Esta enfermedad afecta a la empatía y al intelecto humano, menguando el coeficiente intelectual al tamaño de un punto. Se expande rápidamente, como un reguero de agua derramado de manera involuntaria sobre la mesa, desembocando en las faldas de nuestro invitado, ocasionándole una gran molestia. Se contagia a través de los medios de comunicación; de los bulos informativos que corren como la pólvora por las redes sociales, explotando y derribando los pilares de la inteligencia humana; en los discursos más insospechados. No pretendo no alarmarle, pero estamos ante una grave crisis de ‘Retraso humanitario’ generalizado.

A diferencia del retraso mental, discapacidad intelectual independiente a la voluntad de quien la padece, la afección emocional que sufren muchos líderes políticos se torna en vocacional, y no sólo la retroalimentan enconando a los más desfavorecidos, sino que utilizan todas las herramientas posibles para hacer masivo su contagio entre la población. ¿Le urge un ejemplo para entender mejor de lo que le estoy hablando? Muy bien, hablemos de los refugiados e inmigrantes, quienes han copado muchas de las portadas informativas en las últimas semanas. En torno a estas personas, distintos brotes psicopáticos se han visto reflejados en intenciones y hechos: inaceptables censos étnicos, rechazo de embarcaciones fletadas de seres humanos en busca de oportunidades, cárceles infantiles donde los niños son la moneda que sus padres deben aceptar como “limosna” a cambio de su deportación, por nombrarle algunos casos.

Inaceptables censos étnicos, rechazo de embarcaciones fletadas de seres humanos en busca de oportunidades, cárceles infantiles donde los niños son la moneda que sus padres deben aceptar como “limosna” a cambio de su deportación, por nombrarle algunos casos. (…) Vivimos un periodo de ‘Fascismo Frío’.

Vivimos un periodo de ‘Fascismo Frío’, que abriga esta incitación al odio. La amenaza no se centra en la guerra nuclear que tanto tiempo tuvo en vilo al mundo tras la Segunda Guerra Mundial, sino en la recreación de la lucha entre iguales como propaganda política para amenazarnos con un regreso a las páginas más cruentas de nuestra Historia. Muchos países de la Unión Europea están regresando por sus fueros más antidemocráticos, sin apenas castigo. Los campos de  refugiados reciben la definición eufemística de campamentos. La mayor potencia mundial está dirigida por un líder con un retraso mayor al resto… Quieren hacernos creer que los inmigrantes son el origen de todos los problemas de un país, el foco de nuestras desgracias. Este ‘Retraso Humanitario’ mantiene encendida la llama psicológica de la violencia, e intercepta toda cura racional que trate de apagarla.

Si usted lee esta carta en la que expreso mi opinión, le invito a la reflexión, le insto a que mantenga sus defensas éticas altas y así evitar su contagio. Sólo así, quizás algún día podamos erradicar esta pujante sinrazón que sacude los cimientos de nuestras esperanzas en un mundo mejor, un mundo en el cual los refugiados sólo huyan del recuerdo de tiempos peores y caminen por un futuro llano de satisfacciones.

Atentamente,

José Juan García González

José J. García

En Twitter @JoseJuanGGH  Historiador, periodista y escritor.

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