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Trastornos de Conducta Alimentaria: la realidad invisible del siglo XXI

Miriam es una joven que sufrió y ha logrado superar una crisis de anorexia nerviosa. El porcentaje de adolescentes que afirman padecer una alteración de su conducta alimentaria en algún momento aumenta, un problema cada vez más normalizado y latente en la actualidad. 

Miriam, nacida en Huelva, comenzó a tener problemas de autoestima a los ochos años debido al acoso escolar que sufría por parte de dos compañeras de clase quienes, además, convencieron al resto del alumnado para que también la aislaran. 

En la actualidad, roza los 23 años y estudia ingeniería. Reconoce que por sus experiencias pasadas desarrolló una percepción negativa de sí misma. Todo ello derivó en un problema de anorexia nerviosa. Se negaba a comer y practicaba todos los días deporte de forma exagerada. 

Al principio, lo hacía para acabar con su vida y dejar de sufrir, admite. Pero a medida que adelgazaba se sentía más aceptada por sus compañeros. Ahí fue cuando empezó a hacerlo para sentirse bien con su físico y con los demás. Poco a poco fue empeorando, le salieron hematomas en el cuerpo por el exceso de deporte y se obsesionó con la comida. Llegó a pesar unos 45 kilos

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) abarcan diferentes patologías como anorexia, bulimia y trastornos por atracón. Todas tienen en común la obsesión por el peso, la imagen y la dieta, según un estudio realizado por expertos en salud mental ITA. 

Según este mismo estudio, para conseguir una recuperación definitiva, es fundamental conocer en profundidad el funcionamiento del trastorno en la vida de cada individuo, qué factores están manteniendo el problema y cuál es el camino específico de cada persona para lograr la estabilidad. 

Por otro lado, todas las personas se nutren de la publicidad y cánones idílicos que ven diariamente en la televisión, plataformas digitales, medios, tiendas o calles, conformando una obsesión por tener un físico perfecto en sus mentes, de la que no son muchas veces conscientes. Esta es una de las conclusiones que se desprenden de estudios elaborados por la Universidad Politécnica de Valencia sobre el estereotipo de la belleza femenina en los spots televisivos de perfumes. 

Un 25% de pacientes con algún tipo de TCA evolucionan a la cronicidad»

La existencia de un modelo ideal de belleza establecido socialmente se traduce en una presión significativa para los miembros de una sociedad por la importancia que se concede al atractivo para triunfar en todas las áreas. La autoestima es el principal factor relacionado con estos problemas de salud, ya que es una especie de ‘sociómetro’ que indica el grado en que una persona se percibe como incluida o excluida en el entramado social. 

Tanto hombres como mujeres se encuentran en la adolescencia en una etapa de crecimiento y desarrollo en el que están constantemente evaluándose. Sin embargo, las mujeres tienen mayor tendencia hacia este tipo de trastornos que los hombres. Esto se debe al sistema heteropatriarcal en el que las mujeres están más sometidas a un canon de belleza basado en la delgadez extrema y están hipersexualizadas

Miriam, preocupada, decidió acudir a un especialista para que la trataran. Este, le recomendó comer más y tomar anti depresivos. Sin embargo, ella sentía que necesitaba a alguien que de verdad estuviera preparado para poder ayudarla a afrontar el problema de forma psicológica como por ejemplo un nutricionista: “Necesitaba a alguien que me hiciera sentir que no estaba sola y que me entendían”. 

Además, según un estudio de ITA, un 25% de pacientes con algún tipo de TCA evolucionan a la cronicidad. Una de las principales causas es la resistencia al tratamiento que suele estar relacionado con la edad y puede producirse incluso en menores en los que la enfermedad ha tenido un inicio precoz. De ahí, la necesidad de utilizar todos los recursos disponibles adecuados para las diferentes edades. 

A día de hoy la joven se encuentra mucho mejor y ha vuelto a conseguir un peso saludable con ayuda de los expertos y su familia. Miriam asegura que los Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) son algo que se superan con el tiempo y mucha paciencia. También aprovecha para asegurar que nada es imposible y que sí hay otra salida a todo ese dolor.

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